Capítulo 3

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Año 729.

Dentro de las profundidades de un caluroso bosque, se lograba escuchar el impacto que causaba el fuerte choque entre los puños de dos combatientes en igualdad de condiciones. Ambos luchadores tenían que dar todo de sí para lograr defenderse y tener una mayor probabilidad de acertar exitosamente un golpe al contrario, pero ninguno de ellos se lo iba a dejar fácil.

Ondas de choque que levataban grandes polvaredas, fuertes ventiscas que se llevaban consigo las hojas de los árboles, y destrozos por todas partes adornaban el campo de batalla en el que se desarrollaba ese supuesto entrenamiento amistoso, el cual no parecía ser así por la intensidad de los ataques que se daban ambos.

Arli se elevó sobre los cielos rojizos y, aprovechando su posición, extendió su brazo con la palma de la mano abierta para disparar una poderosa y veloz ráfaga de energía hacia su contrincante, quien se encontraba en tierra firme observando el ataque que estaba por llegar a su dirección.

Entonces Dovac, en un intento de contraatacar, dio un fuerte salto para impulsarse hacia arriba. Parecía una completa estupidez arrojarse de frente hacia el ataque enemigo, pero el chico ya había hecho sus cálculos y la ráfaga de energía pasó de largo, casi rozándolo por un margen de escasos centímetros.

Fue impresionante como logró evadir ese disparo en lo que parecía ser un simple salto de fé, pero no hubo tiempo para asombrarse, ya que Dovac continuó volando hacia arriba para alcanzar a Arli, posicionándose en su costado izquierdo para darle una patada, la cual no consiguió la máxima eficacia, pues ella se defendió con su antebrazo y fue lo suficientemente rápida para contraatacar con su otro brazo en forma de un veloz puñetazo que golpeó de lleno el rostro del pequeño saiyano.

El dolor producto del golpe en el rostro logró aturdir momentáneamente a Dovac, quien sintió que tal vez su nariz fue rota en el proceso, sin embargo, no iba a detenerse por algo tan insignificante como eso, así que su tiempo de parálisis no duró más de dos segundos y decidió continuar con sus ataques.

Esta vez Dovac aprovechó la posición incómoda en la que Arli se encontraba al todavía tener su brazo derecho extendido tras el golpe que ella le dio, por lo que se sujetó de dicha extremidad y expulsó su Ki para crear una poderosa onda de choque que pudiera empujarlo a gran velocidad hacia el suelo, llevándose consigo a la mujer, la cual no podía deshacerse del ingenioso agarre de Dovac.

Arli se dio cuenta de las intenciones de Dovac, pero fue incapaz de hacer algún movimiento para liberarse a causa de la postura en la que se encontraba junto a la velocidad a la que iban descendiendo. Sumado a eso, Dovac fue rápido y, a pocos instantes de estrellarse contra el piso, se soltó de ella y le agregó más impulso con una patada en la espada, la cual también lo benefició a él mismo para salir del rango de caída y asegurar su distancia.

El combate finalizó con un fuerte estruendo, una enorme cortina de polvo y la creación de un nuevo cráter en la tierra.

Turles, quien era solamente un mero espectador de la batalla que estaban librando Dovac y su madre, no pudo evitar asombrarse por la conclusión del combate, pues hasta ahora Dovac ni él habían sido capaces de vencer a Arli en un duelo uno contra uno, pero finalmente llegó el día en el que la matriarca fue vencida por uno de ellos.

Quizás no fue él quien lo logró, pero el solo hecho de saber que Dovac, el niño al que consideraba como su hermano de sangre tras haberse criado juntos prácticamente desde que eran recién nacidos, le llenó de orgullo.

Por supuesto, no era del todo de su agrado no haber sido él quien haya derrotado a su madre, pues se había quedado muy atrás en cuanto a poder, cosa que le hacía sentirse como un debilicho sin valor, pero esto también le hizo despertar un sentimiento de motivación para no quedarse así por siempre, jurándose a sí mismo que algún día iba a superar al talentoso saiyano de nacimiento, sin importar los medios o sus propias limitaciones.

¡Reencarné en un saiyan de clase alta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora