Capítulo 49

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Dominick:

Suspiro de alivio cuando la encuentro en el último lugar al que se me ocurrió buscarla, la observo a unos metros mientras me acerco a ella, luce más tranquila que esta mañana y mi corazón normaliza sus latidos cuando reparo que todo luce en orden, no hay rastro de alguna golpiza o sangre en ella, pero logro ver que aún estando de perfil sus ojos se notan rojos e hinchados por el llanto, se ve tan triste y desolada sentada en la arena que la tristeza se apodera de mi pecho al verla así

-Preciosa- me dejo caer de rodillas cuando quedo frente a ella, tomo su rostro entre mis manos y parece totalmente ida cuando sus ojos se enfocan en los míos -de qué huyes gatita?- acaricio la delicada y suave piel de sus mejillas mientras detallo la profunda tristeza que hay en ella

-Qué haces aquí?- su dulce voz suena cansada

-Buscándote- deposito un beso sobre su frente -nos preocupaste a todos- baja su mirada

-Dom, no creo que sea buena idea seguir con esto- dice congelandome en mi sitio

-Por qué dices eso?- sus ojos cansados vuelven a los míos -no quieres estar conmigo?-

-No es eso- una de sus manos viaja para acariciar mi mejilla -quiero hacerlo, de verdad que si pero..-

-Pero qué gatita? Si es lo que quieres, que te retiene?- acerco mi rostro al suyo ante el desespero que surge de repente al imaginarla lejos de mi

-Tú no sabes quién soy babe.. no conoces mi pasado, estoy llena de secretos y cargo con demasiados muertos..- cierro los ojos mientras disfruto su aliento sobre mis labios -mereces algo mejor-

-Eres la Comandante Cheryl Schmidt, la única e inigualable, eres la mujer más valiente, inteligente y brillante que conozco-

-No soy quién crees..- mis labios tantean los suyos para acallar sus palabras

-No me quites la decisión sobre lo que es mejor para mi, eso lo decido yo y no creo que ninguna otra mujer despierte en mi las cosas que tú, tú eres lo que quiero- abro los ojos y los conecto con los suyos mientras apoyo mi frente en la suya, niega con la cabeza levemente mientras su mirada herida no abandona mis ojos

-No quiero hacerte daño- cierra los ojos manteniendo la cercanía

-Entonces no te alejes de mi- ruego al tiempo que robo un beso de sus labios, trata de resistirse pero cede y aprovecho para recorrer su deliciosa boca con mi lengua, el beso que comenzó lento y delicado se convierte en algo más fogoso y urgido, sus manos tiran de mi camisa hacía ella para acercarme más y la rodeo en un cálido abrazo -todos tenemos nuestros secretos gatita- digo cuando nos separamos por falta de aire -no voy a presionarte, me los dirás cuando estés preparada- elevo su mentón posicionando mis dedos bajo su barbilla con delicadeza -pero no te alejes preciosa, estoy aquí- asiente y me rodea con sus brazos por los hombros, permanecemos abrazados un buen tiempo con el único sonido del mar de fondo

-No quiero estar sola hoy- me aparto un poco para observar su angelical rostro y sus ojos imploran descanso

-Ven conmigo- me pongo de pié y le ofrezco mi mano, la ayudo a incorporarse y la beso nuevamente antes de comenzar a caminar hacía mi coche

-Mi moto está aquí- dice cuando le abro la puerta del copiloto

-Vendremos por ella mañana- asiente y se sube sin más, cierro su puerta y rodeo el carro para conducir.

Llegamos a mi penthouse y subimos por el elevador tomados de la mano

-Ve a ducharte si quieres, puedes tomar lo que necesites de mi habitación, prepararé algo de cenar- asiente y se acerca para besarme con pasión, sin prisas, alargando aún más el momento

EL PRECIO DE LA VENGANZA (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora