Capítulo 30

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Daphne:

Observo detenidamente la imagen frente a mi y estoy por gritar de la emoción, salgo casi corriendo de mi oficina y cuando tomo el pasillo choco de lleno contra alguien, por como venía y mi pierna coja pierdo el equilibrio, cuando casi toco el piso y me preparo para el dolor unos brazos fuertes me toman por la cintura sujetandome por la espalda baja y yo suelto un quejido de dolor, me incorporo y no necesito mirarlo para saber quien es ya que su delicioso perfume llega a mi nariz

-Lo siento- se disculpa haciendo que suba la vista

-Si, más te vale que lo sientas, debes dejar de chocar conmigo- me quejo frotando la parte baja de mi espalda

-Ya dije que lo siento, no es necesario el drama- lo acribillo con la mirada

-Que no es necesario dices? Tengo la maldita espalda llena de putos hematomas que duelen como la mierda y que ni siquiera llego a pasarles la maldita crema así que si, dramatizo- culmino

-Tú vienes conmigo- demanda y me toma del brazo hacía su oficina

-Perdón?- pregunto indignada ante las formas

-Entra- tira de mi brazo ingresando a su oficina conmigo a rastras y cerrando tras él

-Si, gracias por darme opción- recrimino y me ignora yendo a su escritorio -Dominick, que estas idiota?- busca algo en sus cajones sin siquiera mirarme -estoy hablándote- sigue con lo suyo ignorandome por completo -sabes qué? Ni si quiera se porque me gasto hablando contigo, eres un imbecil- ni siquiera se digna a hacer el amague por voltear haciendo que me enoje de inmediato -que te den- voy directo a la puerta, intento abrirla y esta no cede, paso la esclava en el lector y tampoco abre.. argh el muy maldito le puso llave -Dominick abre ahora mismo la puerta o juro que..-

-O qué?- respira sobre mi nuca y cuando putas se acerco tanto? volteo y me arrincona contra la puerta dejando sus brazos a cada lado de mi cabeza -o qué, Cheryl?-

-O voy a partirte la cara- lo amenazo y acerca su rostro al mío

-Hazlo- me reta mientras levanto el mentón sin dejarme intimidar -que lo hagas-

-Tú no me das órdenes, lo haré cuando yo quiera- me cruzo de brazos y sonríe de forma arrogante

-Cobarde- abro la boca para insultarlo pero en un movimiento rápido me da la vuelta, me deja de cara contra la puerta y se pega a mi para que no pueda moverme

-Qué haces?- mi respiración se acelera cuando noto su polla enterrada sobre una de mis nalgas y viene a mi mente la noche que sus dedos me follaron -Dominick..- advierto

-Shh- dice sobre mi oído tensandome al instante -solo voy a pasarte la crema que me dio Charlotte y luego podrás irte- habla suave y la falta de sexo en mi cuerpo aclama que haga más que eso

-Y no puede ser como personas normales?- pregunto y se ríe en mi oído erizando mi piel

-Como si tú fueras normal- susurra mientras levanta mi blusa -como puedes andar así como así? tienes golpes en todos lados- me regaña y yo ruedo los ojos, comienza a aplicar la crema mientras me limito a apoyar mi frente en la puerta, sus dedos acarician y masajean mi piel con maestría, sigue subiendo y bajando por mi espalda esparciendola y cierro los ojos disfrutando de sus manos sobre mi, sin darme cuenta suelto un leve gemido cuando masajea de forma hábil mi espalda baja -te gusta?- pregunta con voz ronca logrando que aumente la humedad entre mis piernas

-Terminaste?- paso saliva

-Aún falta algo- se separa un poco y me voltea nuevamente, lo observo a la espera de que haga lo que sea que quiera hacer para poder irme cuanto antes de aquí, aplica un poco de crema sobre sus dedos para llevarlos a mi cuello

EL PRECIO DE LA VENGANZA (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora