ᑕᗩᑭÍTᑌᒪO 7 𓊝 «ᴛᴜ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴇs ᴍɪ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ»

190 17 0
                                    

«ᴛᴜ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴇs ᴍɪ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«ᴛᴜ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴇs ᴍɪ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ»









Florian guardó sus manos frías en sus bolsillos, sus dientes titiritaban y su piel parecía erizarse. No había una sola alma despierta en El Viajero del Alba. Además de él, estaba el vigilante en la cofa, pero ya había echado un vistazo, y él estaba sentado, con la espalda apoyada en el mastil y a su vez, cabeceando. Quiso reírse, a pesar de que eso podía arriesgar la vida de cada miembro del barco. Parecía que no era la primera vez que lo hacía, y así era, ya que Macklin no era especificamente el más eficiente marinero del barco. Lo había demostrado en varias oportunidades.

Había pasado la medianoche, y Florian no había podido dormir. Le había tocado dormir en el suelo, por más que Amber había insistido en darle su cama, él no cedió, se sentía muy avergonzado de sólo pensarlo. Caspian había colocado varias mantas en el suelo, para que ambos lo compartiesen, y su amigo había tomado el sueño muy rápidamente. Él no podía. No era caprichoso, simplemente no podía acostumbrarse. Jamás había estado tan lejos de su hogar, por ello su madre se había sorprendido mucho de su decisión de viajar con su amigo. Y Amber.

Amber era tan extraña, indescifrable. Por un lado, demostraba ser atenta, amable, tímida y curiosa. Pero por el otro, era tan misteriosa, tan ingenua e inocente. Como si hubiese estado aislada de todo lo que conocemos. Además, su matrimonio con Caspian era muy lejano. No actuaban como una pareja, a decir verdad, se veían muy bien juntos, y podía jurar que había un lazo verdadero entre ellos. A pesar de eso, Caspian era muy distante, lo que era extraño conociéndolo. Amber, por otro lado, le encantaba perseguirlo a dónde sea que vaya.

Y como si hubiese sabido que estaba pensando en ella, se acercó hacia él, refregándose los ojos del sueño.

—¿Qué haces despierto a estas horas? —le preguntó directamente, con un tono de voz preocupado.

—No tenía sueño. ¿Y tú?

—Estoy igual —aseguró ella, para luego escapársele un bostezo.

—No parece. —Se rio observándola ordenar su cabello, ella sonrió.

—Dime la verdad, Florian —pidió ella, sofocando una risita y recostando su cabeza sobre el hombro de él—. Tú no puedes dormir en el suelo, ¿no?

—Sí que puedo... Ya lo he hecho antes.

—No mientas —se rio, levantándose para mirarlo.

—Estoy diciendo la verdad.

Amber rodó los ojos y se cruzó de brazos, volviendo a recostarse sobre él.

—Sí, claro.

—¡Es cierto!

Amber siguió riéndose, enviando vibraciones al cuerpo de Florian, contagiándolo de la risa. Se quedaron un momento así, recostados uno sobre el otro, observando el mar moverse en paz.

𝑀𝑒𝑟𝑚𝑎𝑖𝑑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora