Cuando me iba vi que alumnos venían corriendo hacia mi y se chocaron conmigo y caí al suelo.
—¡Miren por donde van!—les grité y me levanté del suelo.—Idiotas...—maldije.
Cuando volví mi mirada al frente vi que muchos alumnos estaban llenos de sangre y se mordían unos a otros, hasta que uno se me tiro encima.
Trataba de quitármelo de encima pero era muy fuerte, iba a morir por fin. Hasta que alguien me lo quito de encima.
—¡Hee-do venga!—me gritó Su-hyeok tomándome del brazo para salir corriendo con el resto de mis compañeros para correr a nuestra clase y cerraron las puertas.
—¿Son zombies?—preguntó Dae-su agotado.
—Lo más probable es que si.—dijo Woo-jin sentándose en el suelo.—¿Qué otros seres muerden y los mordidos se transforman?—preguntó sarcástico.
—Me temo que verme The walking dead no sirve.—dije sentándome en mi sitio cansada.—Estos si que corren.—dije y recordé.
Mi abuela.
Ella si que no podía correr.
Saqué mi celular de la mochila y la llamé por teléfono.
—¿Llamaras a la policía?—me preguntó Na-yeon y no le contesté.
—Venga abuela contéstame.—susurré y nadie me contestó.—A la mierda.—dije aguantando las lágrimas.
—Déjanos tu celular para llamar a la policía.—me ordenó Na-yeon extendiendo la mano.
—¿Quieres el móvil de una huérfana?—le pregunté sarcástica y me senté en mi lugar.
—Buscaremos otro móvil.—dijo On-jo y todos menos Gyeong-su y Joong-Yeong que sujetaban la puertas y yo que me recosté sobre la mesa se pusieron a buscar.
—¿Estás bien?—me preguntó alguien que puso la mano en mi espalda y lo miré. Su-hyeok.
Vi esos ojos que antes veía como una tonta enamorada pero ahora veía desde el odio.
O eso pensaba.
No le contesté y me volví a recostar sobre la mesa y el se sentó en el suelo para el lado al que estaba mirando.
—¿Llamaste a tu abuela cierto?—me preguntó y asentí con la cabeza.—Estará bien.—trató de calmarme.
—No trates de animarme Lee Su-hyeok.—le dije fría y me recosté mirando a otro lado.
Habían encontrado un móvil y se encontraban llamando a emergencias, debatían entre sí les habían creído o no y empezaron los nervios.
—Hay que llamar de nuevo.—dijo Na-yeon levantándose de su asiento.
—Eso intento pero no me contestan.—dijo On-no luego de llamar de nuevo a los bomberos.
Na-yeon miró a Nam-ra, que mantenía la postura en su asiento.—¡Oye!-le llamo Na-yeon acercándose a ella.—Haz algo.—le ordenó a mi hermanastra.—Avisa a la maestra Park o a alguien.—se quejó la pelirroja.
—¿Qué va a hacer ella?—pregunté molesta levantándome de su asiento.
—Algo podrá hacer.—me contestó Na-yeon y volvió su mirada a Nam-ra.—¿Qué has hecho tú como delegada?—le preguntó y Nam-ra no contestó y solo se levanto frente a ella.
—¿Quieres que salga...-empezó a decir Nam-ra.—Y vaya a su despacho?—le preguntó.
—A mi que me dices.—le contestó Na-yeon.
—Dijiste que hiciera algo.—le contestó Nam-ra.—¿No te vale eso?—le preguntó sarcástica.
—Vale ya las dos.—las calló On-jo.—Solo lo dijo porque eres la delegada de la clase.—le informó a Nam-ra y ella miró a On-jo.
—Ahora que hay problemas—empezó a decir Nam-ra.—Si soy la delegada.—dijo Nam-ra sarcástica.
—Ya hemos llamado a la policía dentro de poco estaremos a salvo.—dijo Su-hyeok tratando de calmar las cosas.
—¡Pero es que aquí no viene nadie!—gritó Na-yeon harta.
—¡Cállate ya!—le grité acercándome pero Su-hyeok me cogió del brazo para que no le pegara.—¡Todos tenemos miedo!—le dije molesta.
—¡Por eso les dije que llamen de nuevo!—me gritó.
—¡Pues llama tú!—le contesté molesta.
—Venga chicas no discutan más por favor.—pidió Gyeong-su cansado de tanto grito.
—¿Y tu por que te metes idiota?—le contestó Na-yeon molesta.
Empezaron a discutir y yo me alejé de nuevo y miré por la ventana y me empezó a faltar el aire.
No podía perder a mi abuela.
Me apoyé en el marco de la ventana con falta de aire hasta que vino Su-hyeok.
—¿Te encuentras bien?—me preguntó preocupado.
—Déjame en paz.—dije empezando a marearme y trataba de caminar.—¿Por que me miran así?—pregunté al ver que todos me miraban.
—¡La mordieron!—gritó Na-yeon y aumentó mi dolor de cabeza.
—¿Por qué todo da vueltas?—pregunté mareada y caí al suelo.
Escuchaba voces a destiempo y un pitido en mis oídos.
—Agarren mi mochila.—dije cada vez más mareada.—No se vayan sin ella.—dije y dejé de escuchar.
No se cuanto tiempo pasó pero desperté y estábamos en el laboratorio.
—¡Hee-do despertó!—grito Hyo-ryeong.
Miré a mi alrededor y vi que no estaba Su-hyeok y me incorporé rápido.
—¿Donde esta?—pregunté y todos se miraron entre sí.—No se hagan.—les dije molesta.—Su-hyeok, ¿Donde está?—pregunté.
—¿Quien le dice?—pregunto Woo-jin.
—¿Quien me dice qué?—pregunté mirando a todos esperando a que dijeran algo.
—Se separó antes de llegar aquí.—me dijo Cheong-san.—Iba con el y se tropezó en las escaleras, me dijo que me fuera y cuidara de ti.—me dijo y me acerqué a él.
—¿Por qué no lo trajiste?—le pregunté molesta dándole un empujón.
—¡No le empujes!—se interpuso On-jo.—Le dijiste que no querías saber nada de él.—me dijo refiriéndose a Su-hyeok.
—A ti que más te da Nam On-jo.—le callé y no dijo nada al respecto.
Yo sabía que a On-jo le gustaba Su-hyeok, se le notaba mucho en la forma de hablar con el y de mirarle.
—¿Por qué me han traído?—les pregunté.—Ustedes me odian.—recalqué.
—Nunca te odiamos en realidad.—dijo Gyeong-su.—Dejaste a nuestro amigo destrozado.—me explicó.
—¿Se saben toda la historia?—les pregunté sarcástica.—Fui una apuesta.—recalqué.
—Pero el si te amaba.—me dijo Cheong-san detrás mía y me giré a verlo.
—¿Creen que yo no lo amé?—les pregunté y nadie contestó.
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ℌ𝔲𝔶𝔢 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔯𝔞𝔯 𝔞𝔱𝔯𝔞𝔰. 𝔈𝔰𝔱𝔞𝔪𝔬𝔰 𝔪𝔲𝔢𝔯𝔱𝔬𝔰
FanfictionHee-do es una estudiante de promedio bajo. Pero tiene muchos enemigos ya que su pasado la atormenta, el suicidio de su madre cuando tenía 8 años delante suya, su padre la abandonó en la calle con su abuela por que la echaron de su otro colegio. Est...