Capitulo 9

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Cheong-san se estaba acercando de más y yo iba a su lado.

—Se los advierto.—nos amenazó Su-hyeok.

—Ya cállate.—dijimos ambos a la vez molestos porque su actitud.—Te lo advertimos primero.—acabo Cheong-san.

—Aléjense ya.—dijo Su-hyeok acercándose y me empezó a dar pinchazos en el brazo y alguien me agarró por el brazo cuidadosamente.

—Se que te duele.—me dijo On-jo y me llevo a una silla.—Siéntate y descansa.—me dijo con una sonrisa y nos sentamos juntas.

—Aléjate.—lo amenazó Su-hyeok.

—Al carajo te me vas amigo.—le vaciló Cheong-san.—Ya perdí a Gyeong-su.—empezó a decir.—No quiero perder mas amigos.—acabo la frase.—El fue el ultimo.—añadió.—No quiero perder a alguien más.—le dijo para que se apartara.

—¡Te dije que te alejaras!—le gritó Su-huelo molesto y agarró a Cheong-san del suéter y alzó el puño.

—¡Deténganse los dos!—grito mi hermanastra harta y todo se quedó en silencio y Su-hyeok soltó a Cheong-san y Su-hyeok miró a Nam-ra.—Si empiezo a convertirme.—empezó a decirnos Nam-ra.—Entonces me suicidaré.—dijo Nam-ra.

Suicidarse, según google significa quitarse la vida.
Pero siempre vivirás.
En la memoria de los demás.
Nam-ra es la más inteligente de la escuela.
Pero no tiene ni idea de como usar esa palabra.
Porque no lo vivió.

—Perdóname.—intervine levantándome de la silla.

—No te disculpes.—me dijo seria.— Al final yo ya no sentiré nada.—me recalcó.

—Yo si lo sentiré.—le añadí y me volví a sentar.

—Su-hyeok.—lo llamó Nam-ra.—No dudes en empujarme.—dijo Nam-ra para luego sentarse en el marco de la ventana.

—¡No!—gritó Su-hyeok agarrando a Nam-ra por los hombros.

Todo se quedo en silencio. Estaban ¿tranquilos?

Yo no lo estaba. No quitaba mi vista de la mano de Su-hyeok en la muñeca de Nam-ra.

Estaba junto a Cheong-san frente a ellos.

Cuando Su-hyeok dirigió su mirada a nosotros yo la aparté.

—Que ya se baje de ahí.—nos susurró On-jo poniéndose entre Cheong-san y yo para poder escucharla.—Ya paso demasiado tiempo.—nos dijo.

—Aún no.—le contestó Cheong-san sin apartar la mirada de Su-hyeok y Nam-ra.

—Fue Gwi-nam quien la mordió.—nos recordó On-no.—Estará bien.—

—A el lo mordieron los zombies.—intervine.

—Dijeron que estaba bien.—me dijo On-jo y la miré.

—Lo vi con mis propios ojos.—le recordé a On-jo.

—Su-hyeok no tiene por qué mentirnos.—me dijo y yo la mire.

—¿Crees que yo si tengo razones?—le pregunté ofendida.

—Pero Su-hyeok.—empezó a decir On-jo pero Cheong-san la cortó.

ℌ𝔲𝔶𝔢 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔯𝔞𝔯 𝔞𝔱𝔯𝔞𝔰. 𝔈𝔰𝔱𝔞𝔪𝔬𝔰 𝔪𝔲𝔢𝔯𝔱𝔬𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora