Capitulo 8.

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Empecé a llorar. Empecé a recordar cosas buenas en mi vida.

Los abrazos y besos de mi abuela.
La sonrisa que me sacaba Su-hyeok al inicio.
La sonrisa de mi madre...

Sabía que no aguantaría mucho tiempo ahí.

Mi brazo estaba soltando sangre sin parar y si no hacía algo podría perderlo.

Salí y empecé a gritar para atraer zombies, tenia mucha rabia y quería pelear aunque muriera en el intento.

Pelee con muchos zombies hasta que encontré un salón vacío y cerré las puertas y corrí las cortinas.

Algo no estaba bien.

Era mi brazo desangrado.

En el momento en el que me iba a curar escuché como los altavoces se encendían.

—Serán idiotas.—maldije acercándome a ver los altavoces.

—Probando.—dijo Dae-su.—Uno, dos. Uno, dos.—empezó a contar.—¿Hee-do estás por ahí?—preguntó.

—Cómo si te pudiera contestar.—contesté con una sonrisa.

—¿Hee-do, nos oyes? Soy Cheong-san.—empezó a decir.—Vamos a ir a buscarte, así que no te muevas.—empezó a decirme.

—No pueden venir idiotas.—le contesté molesta intentando acercarme pero el brazo me dolía mucho.

—Ya se lo que vas a decir.—dijo como si me hubiera escuchado.—Recuerda que no te podemos escuchar.—me recordó como si tuviera 5 años.

—Serán idiotas...—maldije y la emisión se cortó.

Me acerqué a la puerta para salir corriendo al estudio pero una voz me detuvo.

—Hee-do.—me llamó por el altavoz y me giré a ver el altavoz.—Por favor, no te muevas.—me dijo Su-hyeok.—Se que estás enojada conmigo y que harás lo contrario de lo que te diga, pero hazlo esta vez por favor.—me rogó y se cortó la emisión.

Los espere para ver si me podían ayudar con el brazo pero no llegaban así que tome el botiquín pero abrieron la puerta y entraron.

—Menos mal no te fuiste.—me dijo On-jo tomándome de la mano.

—Tu me odias.—le recordé y ella se fijó en mi brazo lastimado.

—¡Tu brazo!—dijo y le echo un vistazo.

—¿La mordieron?—pregunto Ji-min seria y llegó Su-hyeok con Nam-ra de la mano.

—Me clavaron un cuchillo.—dije ignorando que Su-hyeok llegara con Nam-ra de la mano.

—¿Estás bien?—me preguntó Su-hyeok revisándome.

—Me han clavado un cuchillo en el brazo.—dije sarcástica y Su-hyeok miro mi herida que On-jo revisaba.

—¿Qué te paso en el cuello?—me preguntó alzando mi cabeza hacia arriba con cuidado con sus manos.

—Casi me ahogan.—le contesté quitándome sus manos de encima.

—No sabia que los zombies ahogaban.—dijo Dae-si sarcástico y On-jo acabó mi vendaje.

—Perdón por como te traté.—me dijo On-jo arrepentida.—Espero que podamos ser amigas.—me dijo y le dediqué una sonrisa.

—Claro.—acepte y ella me sonrió.—Por fin tengo una amiga.—dije con una sonrisa.

—Oye presi.—dijo Hyo-ryeong y se levantó de su asiento.—¿Te mordieron? Eso es una mordedura.—le preguntó asustada y todos se alarmaron.

ℌ𝔲𝔶𝔢 𝔰𝔦𝔫 𝔪𝔦𝔯𝔞𝔯 𝔞𝔱𝔯𝔞𝔰. 𝔈𝔰𝔱𝔞𝔪𝔬𝔰 𝔪𝔲𝔢𝔯𝔱𝔬𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora