Después de la pequeña discusión de Haechan y mark, irónicamente su relación se había hecho más fuerte y cercana. De hecho lo más recurrente entre ellos dos ahora era hacer llamadas. Una de las razones era porque Haechan lo ayudaba a su próxima mudanza.
Lo pensó y vio que era la mejor forma, también hablo mucho con Haechan sobre ello y le abrió los ojos en ese proceso que viviría.
Lo más importante en el momento era buscar una forma de trabajo y la había encontrado. Uno que para muchos seria mediocre, para otros justo y para él lo necesario. Cajero de una tienda. No era gran cosa y necesitaba cualquier dinero de cualquier fuente.
Otra fuente, porque esperaba en el futuro poder monetizar su música, que hablando de ella, ya había publicado su pista con Haechan, encontrándose con una cantidad de miles de vistas decentes que decían que la canción era buena. Su composición, su producción y las vocales de Haechan habían sido algo que le había gustado mucho al público.
Agradecía mucho a sus amigos que compartieron la canción hasta el cansancio haciendo que llegaran cada vez más oyentes.
Decir que estaba feliz era poco. Finalmente parecía que la felicidad que tanto había pedido y esperado había llegado. Su música siendo escuchada, tendría su merecido cambio de aires y contaba con la presencia de su amigo.
Haechan. Cada vez que pensaba en el, sonreía de manera involuntaria porque el cariño que le poseía no hacía nada más que crecer. Era una persona soporte, alguien que solo se dedicaba a apoyar y hacer lo mejor por ti. Es un estudiante, tiene su vida fuera del internet sin embargo siempre estaba para él, dándole los mejores consejos.
Podría pasarse un buen rato pensando en él pero debía irse preparando para la entrevista de trabajo, ya tenía todo arreglado solo faltaba...salir.
A pesar del miedo palpable que sentía, lo único que podía hacer era batallar con este sentimiento que parecía una tormenta dentro de él y dejarse llevar.
Reviso a su madre antes de salir por la puerta y enfrentar su ansiedad.
Fue haciendo lo que necesitaba poco a poco. Comprar una nueva tarjeta de metro, entrar a este y llegar a la tienda. Si lo miraba desde una perspectiva un tanto infantil podía ser como los objetivos o misiones de un juego solo que implicaba estar pendiente y al tanto de cualquier persona que se le acercase.
Cuando veía a alguien pasar por su lado, sujetaba con una mínima fuerza su manga del abrigo o mordía sus labios. Porque aunque eran personas inofensivas, no podía confiar en nadie afuera, no quería confiar en el mundo.
Lo pensó dos...no, tres...mejor dicho cuatro veces antes de entrar a la tienda. Se encontró con una chica que le entrevisto brevemente. Luego de ver la aptitud del chico, notar sus debilidades tal como la timidez y nerviosidad hacia ella, vio que a pesar de eso, era solo un adolescente buscando desesperadamente un trabajo, lo acepto. Un chico inofensivo —pensó.
Mark tuvo que pedir que le repitiera lo que le había dicho porque estaba un poco más cerca de su nuevo sueño, todo gracias a Haechan.
Se fue con una sonrisa en la cara, feliz de que ya tendría algo que hacer, ya no sería el inútil y pronto tampoco sería la bolsa de boxear de su madre. Todo iba por buen camino pensó. Solo iba pensando en lo que iba a hacer apenas llegara a casa y era hablar con Haechan. Le contaría todo lo que había hecho hoy. El miedo que sintió pero que pudo vencer.
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