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Uno de los acontecimientos más recurrentes del tiempo en la vida de una persona, es cuando se disfruta este mismo y se siente como pasa más rápido que lo "normal". El tiempo nos manipula y nos utiliza creyendo que pasó muy rápido, haciéndonos creer que no vivimos lo suficiente. Son juegos del titiritero de la vida, el tiempo.

De hecho para Mark el tiempo era insoportable. En su vida diaria aburrida pasaba tan lentamente pero cuando estaba hablando con Haechan las horas se hacían minutos y nunca se encontraba satisfecho de su tiempo con su...pareja.

Había pasado ya dos meses desde que se habían confesado y su relación era básicamente la misma, solo que se ahogaban de cumplidos, apodos muy empalagosos y un amor demasiado dulce y al mismo tiempo infantil.

Fuera de su relación, mark logro lanzar otra canción con la diferencia de que había estado practicando rapear y parecía haber encontrado su lugar seguro dentro de la música. Por lo que creativamente hablando se encontraba gozando de haber abierto sus posibilidades en el arte.

Y en el tema de la mudanza había tenido logros como quizás perdidas. Pudo empezar a trabajar, lo hizo de manera seria, siempre era puntual y con mucha incomodidad que sintiera trataba a los clientes como se lo merecían. No era un trabajo que le quitara el sueño por lo que no se sentía muy estresado. Su hermana ya se había enterado y aunque lo enfrento en el momento lo dejo ser solo porque su madre no se veía mal.

No sabía que se iría dentro de un mes pero pensaba decírselo pronto. Era lo menos que podía hacer y aunque sabía que no respondería del todo bien, ya era algo que estaba decidido para él y no se arrepentiría de nada.

Además de que ahora tenía la esperanza de poder vivir con Haechan en el futuro. Un pensamiento traicionero paso por su cabeza una noche que no podía dormir. Se vio con Haechan en un apartamento pequeño pero acogedor, lleno de arte hecho por Hae, en el ambiente sonaba música hecha por él y hasta tenían un gato. Todo era perfecto ahí. Tanto le había gustado que lo utilizaba para motivarse a seguir y no rendirse.

Todas las horas de trabajo, todas las peleas, todas las noches de estrés, soledad, miedo, todo valdría la pena cuando tuviera a Haechan con él. Abrazarlo, sentir su piel, besarlo, acariciar su pelo, tomar su mano, tocar sus labios, unirse el uno al otro. No esperaba por fin ser libre.

Ahuyentar a su yo del pasado y ser una nueva persona. No ser el Minhyung que perdió a su padre y desarrollo un miedo al exterior, ser mark, un artista que iba aprendiendo y desarrollándose poco a poco con su público.

Quería ser un gran artista en el futuro. Llegar a ser tan conocido mundialmente que su nombre sonara hasta en el cielo, así su padre estaría orgulloso.

Mark tenía que trabajar en la noche así que su día estaba disponible para enfocarse en su música. Estaba trabajando en un nuevo tema que esperaba dedicarle a Haechan en el futuro. A penas iba escribiendo las letras pero estaría lista dentro de poco. Quería regalarle algo y no veía algo mejor que un tema para él. Esperaba agradecerle y decirle todo lo que significaba para él. Quería enseñarle su arte, así podría conocer el de Haechan.

Para Hae su arte era algo personal pero no al nivel entendible, era parte de él, como mismo le había dicho a mark anteriormente. No le gustaba enseñarlo mucho, así que en caso de que fueran para la universidad solo los presentaba y se los guardaba, no creía que debía mostrarlo al mundo.

Eran sus pensamientos a veces, una parte de él otras veces y algunas eran reliquias. Sin embargo le había prometido enseñárselas algún día y estaba loco por saber que serian. Se imaginaba a veces fotografías, otras pinturas, pensó esculturas un día pero la que más creía eran piezas musicales. Tenía una voz encantadora que decoro su música, ¿por qué no estar dentro de esa área?

pixel crush - markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora