19 Cena 🔥💖

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La comida de República Dominicana tenía platos variados y deliciosos, con muchas similitudes al resto de los países que habían sido colonizados por España

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La comida de República Dominicana tenía platos variados y deliciosos, con muchas similitudes al resto de los países que habían sido colonizados por España. Sin embargo, el sabor de cada región era inconfundible.

—Esto es mangú —explicó Milo a Carter.

Estaban sentados a cada lado de él.

Simona, en silencio, pasaba con la olla y servía cada plato.

—Está sabroso —opinó Carter mientras agarraba una especie de galletas, pero que se notaba que eran de fruta.

—Y esos son tostones de plátano. Se hacen con los plátanos verdes. Se machaca para expandirlos y freírlos.

—¿Algo así como las papas fritas?

—¡Exacto! —gritó Milo a Carter, quien aplaudió y agarró uno más—. ¡Espera! Tienes que ponerle mayonesa.

Carter lo hizo. Había dos pequeñas fuentes en la mesa. En una había mayonesa y en la otra, kétchup. El asistente cerró los ojos.

—Tienes razón, está muy bueno.

A Milo le encantaba esto. Le gustaba ser una especie de guía gourmet para su padre y su asistente.

—Te dije. No hay nadie que se resista a los tostones, y menos a los de mi abuela.

La mujer dejó la servilleta y el tenedor.

—¿Y tú no piensas comer?

La sonrisa de Milo se desvaneció muy despacio.

—Sí, ya lo hago.

Neben tensó la mandíbula. Debía tener paciencia. Muy pronto esa vieja lo conocería.

—¿Y el mangú? ¿Cómo lo preparas? —preguntó a su hijo.

Los ojos de Milo volvieron a brillar.

—Bueno, aquí hay muchos plátanos y los aprovechamos —bromeó—. Hacemos un puré con los plátanos verdes y lo servimos con cebollas salteadas, huevo, queso y salame frito. Cuando ponemos todos los elementos juntos, se denomina «tres golpes».

—¿Tres golpes? ¿Así como pum, pum, pum?

Milo rio ante el chiste de su padre y agarró su tenedor.

—Esta es mi comida preferida, y también la de la abuela.

—¿En serio?

Simona escrutó a Carter, que le daba una sonrisa cautivadora. Sin embargo, parecía que en la mujer tenía el efecto contrario.

—No es mi comida favorita, sino lo que nos alcanza, Milo.

Las miradas de Carter y Neben se cruzaron en ese momento. ¿Había necesidad de un comentario así?

Con esa frase, Carter pudo deducir dos cosas muy importantes acerca de Simona. Primero, no los toleraba ni a veinte kilómetros. Segundo, le encantaba ser víctima de la situación.

Locura de amor T.L.A  Libro 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora