Neben se mordió el labio inferior y acarició la cadera suave y tonificada de Carter. Las sábanas frescas en contraste con su piel, que ardía. Neben paseó sus dedos con suavidad y Carter gimió por enésima vez debajo del cuerpo del hombre.
Estaba dolorido. Neben se lo había hecho como nunca, y quería más de él. Carter se lo daría. No tenía reservas cuando se trataba de ese hombre.
Los labios húmedos de Neben recorrieron sus brazos. La lengua se deslizó y profanó su hombro, su cuello y la mandíbula. Los dedos palparon la entrada húmeda por la corrida de hacía diez minutos.
—Me encantas —musitó Neben, y le chupó el lóbulo de la oreja—. Eres una cosa hermosa y sexi.
—Neben... —Carter dio un fuerte gemido cuando la lengua descendió por el pecho e hizo círculos sobre el pezón derecho primero y luego el izquierdo. La lengua aleteó sobre ellos.
Carter lo observó fascinado. Se sentía parte de un mundo paralelo, uno de pasión extrema donde todo valía.
Neben sostuvo el pene y comenzó a masturbarlo. Los ojos de Carter fueron hacia atrás. Lo estaba matando de una manera exquisita. El brillo perlado se hacía más notorio con las luces de las velas que estaban sobre las mesas de noche. La única iluminación del ambiente. El silencio de la noche era roto por sus jadeos, gemidos y sollozos de placer cuando alguno de los dos estaba a punto de llegar al orgasmo.
Sin quitarle la mirada de encima, Neben cerró la boca sobre el pezón y succionó. Carter lo sujetó del cabello e hizo que lo succionara más fuerte. Sus caderas se movieron en respuesta. La mano de Neben subía y bajaba por su miembro erecto y húmedo.
Neben se metió entre sus piernas de nuevo, y Carter las abrió gustoso. Adoraba cuando Neben lo penetraba, porque ocurría pocas veces. Neben era un flojo, aunque se podría decir que su novio lo entendía. Neben lo sujetó de una pierna y la puso sobre su hombro. Se enfocó en la entrada roja y dilatada. Carter le acercó el lubricante.
—¿Duele?
—Lubrícame, estaré bien.
Neben estuvo a punto de correrse con esa declaración. No lo haría, porque Carter merecía un orgasmo como los que él le daba. Las piernas estaban resbaladizas. El sudor corría y proporcionaba una atmósfera única.
Neben ingresó despacio. Carter clavó sus uñas en sus pectorales y el hombre frunció el ceño. El primer embiste hizo que ambos gritaran, y eso fue solo el comienzo. Neben impuso un ritmo rápido y duro, sin perder de vista el lugar donde estaban unidos, excepto cuando Carter lo arrojaba sobre él para que lo aplastara.
—¡Así! ¡Así! —gritó Carter cuando sus caderas se acoplaron en un ritmo vertiginoso.
Sus pelvis eran fuego y el vaivén, propio de dos bestias en su temporada de apareamiento.
Carter le dio un chupetón en el cuello, luego otro y otro. Neben rio mientras la cama se movía a un ritmo infernal.
—Para —dijo cuando Carter dejó un cardenal en su pecho y después succionó sobre el pezón decorado con esos adornos metálicos, que eran el delirio del muchacho.
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Locura de amor T.L.A Libro 2 (+18)
RomanceLa vida de Neben Petrich, un hombre de 35 años, al fin tiene el equilibrio que soñó. Su hermano dejó atrás el dolor y está comprometido con su hermoso asistente. Neben tiene a Carter, su novio de 20 años, loco y apasionado que cumple todas sus fanta...