Prólogo~Recuerdos Sangrientos.

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Año 2014/16 de septiembre


Ese día en especial es uno de los que jamás podría olvidar. Como olvidar el comienzo de la maldición de mi familia. Una maldición que tarde o temprano nos terminará alcanzando a todos.

La noche caía envolviendo con su sombría oscuridad a la ciudad de Tokyo. En mi casa vivíamos seis personas, mi madre Koyuki Mikoshin, mi padre Takeo Mikoshin, un lindo matrimonio que contaba con cuatro hijos, el mayor Takahiro, los gemelos Kazuhiko y Kazuhina, la más pequeña de la familia Kay.

En ese día en especial todos los menores estaban solos en la casa siendo Takeo el mayor con tan solo 15 años el que nos cuidaba a los gemelos que tenían 10 años y a Kay de apenas 7 años.

La noche transcurría con suma tranquilidad hasta que un estruendo se escuchó afuera del departamento donde vivíamos, la puerta cedió estrellándose contra la pared dando paso a una madre borracha y un hombre al que desconocemos. La mujer nos mira como si fuésemos una plaga recostada a aquel señor para no caerse hasta que decide romper el incómodo silencio que inundaba la habitación principal del departamento.

──¡¡¡¡MOCOSOS DESAPAREZCAN DE MI VISTA AHORA!!!!── con furia grita haciendo eco en las paredes en el proceso arrojando un jarrón al suelo.

Con miedo y sin comprender que es lo que estaba pasando nos dirigimos a la habitación de Takeo y nos en cerramos con llave. Como el mayor le colocó unos auriculares a Kay para que no escuchara nada de lo que estaba pasando y a los gemelos les colocó unos tampones en los oídos. Él no sabía que había pasado para haber llegado a este punto. Simplemente deseaba que esto fuese una vil pesadilla de la que esperaba pronto escapar. Le partió el alma que sus hermanos pequeños tuvieran que presenciar ese escándalo de mayores, pero estaba seguro de que impediría que sus mentes fuesen perturbadas por el ruido incesante que repercutía en las paredes.

La noche transcurría los niños cayeron profundamente dormidos sin excepción de ninguno. Kay con sus manitas acarició su pancita, sin resistir, se quitó los auriculares y los colocó en la mesita de noche. Salió a hurtadillas para que nadie le escuchara. La casa estaba totalmente desordenada había ropa por doquier. Eso no le importó por lo que fue rápidamente a la cocina para tomar unas bolsitas de papas fritas y agua, para regresar a la habitación. A punto de entrar a la habitación de su hermano mayor con curiosidad ve la puerta de la habitación de sus padres entreabierta se acerca para mirar un poco. Pero lo que ve la deja atónita no sabía que es lo que estaba pasando en esos momentos, toda la habitación estaba manchada de una especie de líquido rojo, como el que surgía de la heridas que se hacía al caerse. Algo malo estaba pasando, entró a la habitación, tropezó con algo y calló encima de lo que sea que fuera. En ese instante su hermano apareció por la puerta asustado y quedando más impactado, la habitación era una escena pura que significaba muerte. El amante de su madre y madre estaban muertos con heridas de balas en sus pechos, en el suelo estaba el cadáver de su padre con una sola balas en su craneo, y encima de él estaba Kay intentando levantarse con comida en sus manos confundida y cubierta de sangre. La pesadilla apenas había comenzado. La sirenas de la policía se escuchan cada vez más cerca hasta que irrumpieron en la casa.

Habían pasado días de ese suceso, la policía nos interrogó a todos nosotros, al parecer los vecinos habían llamado a la policía por miedo a que nos podría pasar a los niños, el testimonio de todo día a entender que el padre de esos niños había asesinado a su esposa y amante para luego suicidarse. Dejando huérfanos a cuatro niños. Se tomaron cartas en el asunto con respecto a esto y la noticia se dio a conocer en todo Japón. Los Titulares hablaron por semanas del suceso y pues no había mucho que explicar ya que nuestro padre era un hombre importante en la sociedad a pesar de no contar con el suficiente dinero. Con respecto a los niños fueron distanciados por seguridad en distintos orfanatos y fueron llevados a terapia. Porque una situación así queda marcada de por vida.

Los años seguían transcurriendo y todos los hermanos de la familia Mikoshin fueron adoptados y nunca supieron nada de ninguno entre ellos.

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Continuará....

Ningen No YamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora