【Capítulo VII】

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Week 3
(Semana 3)
Narrador en Tercera Persona.
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Último día del castigo impuesto de Manjiro hacia Kay. La pobre chica estaba inconsciente en una cama, siendo tratada por médicos debido a su delicada salud. Fue diagnosticada por una fuerte anemia nutricional a tal punto que unos días más y casi muere por la falta de alimentos y agua.

Manjiro observaba con atención e indiferencia el delgado cuerpo de aquella adolescente de actual piel de una tonalidad morada pálida. En su conciencia retumbaba tal hecho, aunque se dió cuenta de que fue extremista con su castigo lo vió necesario por meter la nariz donde no le importa. Al menos así aprendería que para la próxima no sería tan benevolente.

Por otro lado el paquete viajaba con un claro destino. Quedar en brazos de Manjiro Sano. Se le fue avisado de dicho paquete, él salió de aquel lugar parecido a un hospital y caminó con tranquilidad hacia su oficina. Al llegar vió el paquete sobre su mesa supuso que lo debieron de dejar en ese lugar. Me acerco examinando que no sea ninguna trampa, cuando confirmo, que es seguro, abro el paquete encontrando dentro de este, un sin fin de fotos de Emma su media hermana. Esto le molestó en cierto sentido porque sabían de su existencia a pesar de ya no tener ningún tipo de comunicación con esta desde hace mucho pero mucho tiempo.

Sin duda alguna por su mente solo pasaba la oportunidad de acabar con él. Pues él propósito de Takahiro afectaba de forma drástica a Bonten y Manjiro como líder de esta, no podría darse el lujo de perder Japón.

Los planes de tomar al país bajo total dominio de Bonten poco a poco se hacían más realistas. Si quisieran podrían hacerlo desde ya pero en estos negocios la paciencia es un elemento clave. Solo tendrían que acabar la molesta piedra en el zapato, tendrían que acabar de una vez por todas con la Kieta Gang.

11 de agosto

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. El momento más esperado por ambos líderes había llegado, ambos se encontraban de espaldas sin ver sus rostros. Se encontraban sentados en bancos opuestos en un metro abandonado invadido por personas de ambas mafias preparadas para cualquier inconveniente que se pueda presentar.

──Sano Manjiro al fin nos conocemos.── exclamó con fingida emoción Takahiro.

──Takahiro Mikoshin ¿qué es lo que pretendes?── habló Mikey con evidente calma.

──Lo que todos quieren apoderarse de Japón.── dijo el mayor de los hermanos Mikoshin con cierta seriedad en sus palabras.

──No intentes ocultar el hecho de que buscas a tu hermana perdida.── Mikey habló nuevamente haciendo énfasis en la palabra "Hermana".

──Me encantaria saber ¿cómo sabes eso?── dijo Takahiro con cierta pizca de enojo.

──Tu triste historia familiar me importa una mierda.── aquel chico de cabellos albinos se puso de pies metiendo sus manos en los bolsillos. ──No pienso ceder a Japón ante escoria como tú, por mi tu hermana se puede ir al mismo infierno.── dijo desinteresadamente.── Si quieres tener a Japón observaré desde la cima como tu tonta mafia e ideología familiar se unde en la basura. ── dijo con total sinceridad para así marcharse con los demás miembros de su mafia.

Un enojado Takahiro se encontraba golpeando a la persona que había revelado información tan importante a la mafia enemiga. A pesar de que dicha persona le explicaba que le habían amenazado con matar a su familia. El hermano mayor no escuchaba a sus súplicas hasta que terminó por matarlo a golpes a tan desafortunada persona. Desde un rincón los gemelos Mikoshin se encontraban observando la escena con un asco profundo pues todos compartían el deseo de tener a su familia de vuelta y solo faltaba Kay Mikoshin para completarla.

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Dos potentes fuerzas malignas,
chocan entre sí,
Desatando consigo el caos,
Un día sangriento se avecina.
Ese día en donde Tokyo temblará,
Bajo el choque de ambas fuerzas.

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Ningen No YamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora