Capitulo 3

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ACLARACIONES ANTES DE INICIAR CON EL CAPITULO: Los guiones de Víctor van a estar en italiano, pero no hay de que preocuparse, porque Jin va a traducirte, por ende, sus guiones, a excepción de algunos, van a estar en Español, aun cuando traduzca. Esto es con el objetivo de mayor comprensión, así van a entender lo que dice Víctor.

7 meses, 8 Días antes de...

Sokjin estaba desnudo y pálido, quizás porque no había comido o porque no había sido tocado por la luz del día en algún tiempo. El agua hirviente caia sobre su espalda y él deseaba qué la presión fuera más alta, lo suficiente como para romper sus músculos.

¿Había intentado escapar? Sí. ¿Y qué logro? Escuchar: "harás qué nos y te maten, niño. Al otro le fue bien, recibió una bala en el hombro por tu culpa, el jefe lo habría matado" para después ser golpeado antes de devolverlo a la habitación.

Sólo lo había intentado una vez, creyó que podría hacerlo, es decir, creyó que podría escapar, pero ese no era, ni sería el caso. No lo volvió a intentar, pues el recuerdo del sonido de una bala atrabezandole el brazo a una persona sólo por darle una bofetada, seguía retumbando en su cabeza y sabía que la vida de otras personas estaba en sus manos.

Sí, ese sujeto, Kim Namjoon, estaba loco.

Había tomado el folder qué dejaron en el escritorio y lo había leído. Sí, ahora su vida le pertenecía al moreno.

No había comido en algunos días, no tenía apetito. No sabía el día, ni la hora, no tenía su telefono y no había ningún reloj en la habitación.

—Abre. —Una voz ronca hizo qué Jin saliera de sus pensamientos.

Jin levanto la mirada y se incorporó para cerrar las lleves y que el agua dejase de salir. No quería hablar nuevamente con la mucama ni el personal, ya había dicho que él se encargaría de la limpieza.

—¿Quién eres?—preguntó desanimado después de algunos segundos.

—El que te va a matar si no abres la maldita puerta.

Jin envolvió una toalla en su cuerpo para después abrir la puerta. Sabía de sobra de quien se trataba, nadie más hablaba tan duramente. El moreno se había sentado sobre la cama.

—¿Y ahora qué? —pregunto con valentía al notar que solo habían dos personas en la habitación; él y el otro.

—Uhh, no me hables de esa manera si no quieres morir.

Jin rodó los ojos, ese tipo era un temerario.

—Tan sólo dime qué pasa.

—Modera tus palabras.

—¿Qué modere mis palabras? Te estoy hablando bien, es lo mejor que puedo hacer, debería de hablarte peor.

—¿Hablarme peor? ¿Acaso estas loco?

—Tú eres el loco. Me secuestraste.

—No mocoso, estas aquí por trabajo. ¿O ya se te olvido que firmaste un contrato?

Carajo, tenía razón.

—Sólo dime para qué estas aquí.

Namjoon lo miro por algunos segundos para después sonreir y levantarse de la cama. Mostrando qué superaba en tamaño a Jin, y poniendo sus manos en los bolsillos mientras flexionaba los codos y abarcaba más espacio para hacer que el otro se sintiera chico.

Camino hasta que estuvo a un paso de distancia de Jin, para después encorbarse y susurrarle en la cara:

—Es mi casa, —y mi habitación, pensó —puedo estar aquí si me viene en gana.

Síndrome de Estocolmo «Namjin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora