Anillo.

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MingJue apenas pudo estacionar su auto frente a la entrada de la mansión en el camino de piedra, cuando su abuelo apareció corriendo - ¿me dices qué ese es tu abuelo? - pregunta Meng Yao con una sonrisa nerviosa notando la energía con que el abuelo Sang corría - ¿está bien qué corra así...?

- el abuelo Sang, es como un niño - responde Mingjue retirando la llave del vehículo - es así cuando esta feliz... - dice saliendo del auto.

Al abuelo le brillaban los ojitos al ver llegar a sus invitados, por la ventana que da al patio principal y  con el bastón colgando del brazo y sin perder el tiempo salió corriendo a recibirlos. No tuvo problemas con las escaleras que dan al patio, bajo de costado escalón por escalón.

- ¡¡Abuelo...!! - saluda MingJue emocionado bajando del auto con los brazos abiertos en gesto de recibir al anciano, mientras que detrás de él, el sonido de la puerta cerrándose avisa que Meng Yao también había bajado del vehículo.

Cuando el abuelo Sang Vio al novio de su nieto, sus ojitos brillaron con más emoción ante tan encantador chico aparecer, ignorando por completo a su nieto quien le esperaba con los brazos abiertos, lo paso de largo y estando frente a Meng Yao, toma de ambas manos del joven.

- ¡abuelo Sang...! - exclama indignado MingJue - ¿a caso ya no te importo?

- A ti.... conozco tu trasero de memoria... - responde el abuelo sin despegar la mirada de Meng Yao, quien sólo le sonríe - ¡eres maravilloso!

- soy Meng Yao... - se presenta con una sonrisa nerviosa - y sólo soy una persona común...

- no, no eres para nada común - dice el abuelo sujetandole el rostro con ternura - ¡eres extraordinario! - exclama con una triste sonrisa y ojos llorosos. Meng Yao entiende a la perfección las palabras del abuelo Sang, ya que él mismo, hasta hace poco sentía que era una pieza de puzle que no encajaba en ninguna parte y pensó que sería así por el resto de sus días, la depresión consumía su ser y la ansiedad se apoderaba de su vida constantemente. Sin embargo, todo cambio el día en que su celo llegó estando con Lan Huan y este le conto que tenía un amigo que enfrentaba la misma condición. En ese momento, Meng Yao sintió que volvía a nacer, ya no estaba solo en este mundo, había alguien que lo podía aceptar tal cual es. Meng Yao entiende la aflicción y la emoción del abuelo Sang, lo entiende perfectamente.

De pronto, el abuelo le da un fuerte abrazo, al novio de su nieto, uno muy afectuoso - ¡bien venido...! ¡me da mucha alegría conocerte! - exclama como si se le hubiera quitado un gran peso de encima.

- ¡gracias...! - responde Meng Yao - ¡para mi también es un gusto conocerlo!

Habiendo pasado toda conmoción, el abuelo toma del brazo a su nieto, para subir las escaleras, ya que el pobre no podía hacerlo sólo, debido a su problema de la pierna.

- ¿por qué llevas colgando ese bastón en tu brazo en vez de usarlo? - pregunta MingJue - ¿qué fue lo que te paso para que uses uno?

- estaba haciendo ejercicios, pise mal y me torci una pierna... ¡hay de mi, este pobre anciano ya se esta hechando a perder! - dramatiza - ¡ya muy pronto voy a caer en cama y no voy a poder cuidar de este niño torpe! - en lo que Meng Yao sólo se ríe, MingJue ruedo los ojos en blanco.

- oye viejo deja de dramatizar, no exageres... - dice MingJue.

- niño tonto.... - dice el abuelo golpeando con el bastón a su nieto - ¿a quién crees qué le hablas así? respeta mis canas.... - exige.

- abuelo Sang, tranquilo, no pase rabia - dice Meng Yao en tono conciliador y dando palmadas reconfortante.

- ¡qué niño tan amoroso! tú si me entiendes ¿cierto?

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