Pasaron alrededor de dos semanas y aquellos mensajes sobre temas escolares, pasaron a convertirse en una conversación de dos "amigos" inusuales que se mensajeaban a cada rato. Sin embargo, había algo que lo hacía distinto, algo que incluso sus amigos habían notado en Jisung, pues últimamente se le veía en línea por la madrugada y en ocasiones durmiendo en las clases por el cansancio. Él siempre fue un chico responsable con sus deberes escolares y dormía temprano para llegar minutos antes del inicio de clases, pero no podía evitarlo, aquellas horas eran los momentos precisos en los que podían hablar sobre ellos y sobre sus cosas similares o diferentes qué tenían.
Todo estaba perfecto, ambos habían creado una amistad más allá de lo que un alumno puede llegar a tener con un docente, ahora cada que se veían por los pasillos o en el salón, sonreían mutuamente pero tratando de ocultarlo a los demás. Por supuesto que de todos, menos de Minho.
No quería verse como un acosador, ni mucho menos como un chismoso, pero las casualidades que había experimentado en el transcurso de esos días, eran más un tormento que una verdad. La mirada que antes amaba y envidiaba al mundo por verla, ahora solo se fijaba en una persona y no era a alguien a quien realmente hubiese esperado. Sus expectativas habían alcanzado una valla muy alta y por largos días creyó que era imposible que pudieran avanzar más allá que un simple gusto pasajero. Más estuvo equivocado, ya que esa tarde en la que salía de sus prácticas de danza y los vio besarse en el salón de profesores, juró que hizo que su confianza se derrumbara. Nada le dolió más que presenciar como ese tipo lo sujetaba de la cintura y devoraba sus labios con desesperación, mientras que Jisung se veía muy sereno y feliz, contento por tenerlo a su lado. Eran como dos conceptos mezclados en una sola pintura y Minho era un crítico confundido y exigente. Intentó avanzar, interrumpir aquel vergonzoso acto, porque sus celos así lo pedían, pero no, no pudo. Lo único que logró hacer ese día fue sujetar su casaca deportiva y salió corriendo hacia la casa de su mejor amigo, porque sus planes de ir al centro comercial a comprarle un regalo al chico que le gustaba quedó descartado, ya no quería saber nada de eso. Mucho menos en la tonta declaración que había estado preparando para él.
Dicen que amar es aceptar que esa persona sea feliz, aunque no sea contigo. Pero Minho no quería que fuera con él, no con ese profesor.
Los días seguían pasando y Jisung analizaba el progreso qué habían tenido en ese tiempo, el cómo pasaron de los mensajes de textos, a salidas por las noches a lugares un poco más lejanos a los alrededores donde la gente podía reconocerlos. Tenían citas, sí, pero no eran largas como hubiese deseado, apenas duraban una hora y media y eso le desanimaba. Aunque no iba a quejarse, después de todo valía la pena según él, era muy atento y todas sus salidas estaban llenas de regalos pequeños pero hermosos, besos, caricias un poco temerosas y por supuesto, propuestas para encontrarse una próxima vez. A este punto de la historia, no estaba de más decir que Jisung estaba completamente enamorado, su corazón latía fuerte cuando estaba al lado del mayor, no podía explicar ese sentir con palabras simples, el tartamudear o sonrojarse al recordar esos apodos lindos que su profesor le hacía, era inevitable, especialmente cuando tocaba su piel y le decía lo perfecto que esas partes eran. No había errores en nada, porque claro, era maravilloso y lo deseaba.
Y el deseo, según su profesor, estaba bien. No había por qué asustarse.
Hubiese querido, quizá, que sus salidas también hubiesen sido más románticas y no todas tuvieran que terminar con él debajo de un pupitre, inclinado en el auto hacia su asiento o arrodillado el piso de un hotel. Se volvía distinto cuando se negaba y eso le daba inseguridad de lo que realmente hacía, pero luego venían sus besos y palabras, y todo cambiaba, se sentían seguro en instantes, lo que en parte le hacía sentir algo mal. Le tenía confianza, sabía que él jamás se negaría a detenerse si se lo pidiera pero...
— Es-Espera... — lo detuvo tomando su brazo con prisa cuando intentó quitarle el suéter que llevaba puesto — no sé si esté bien... Estoy nervioso.
— No voy a continuar a menos que tú me lo permitas — susurró cerca de su oído y él se estremeció por esa corriente pasar por todo su cuerpo, sosteniendo el rostro del mayor con cariño cuando ya le estaba quitando sus pantalones — ¿dejamos esto aquí?
Estaba asustado por las consecuencias que podría tener aquella decisión, él... ¿Se enojaría si le dijera que no quería hacerlo? Es más, pensar en su relación informal y el cómo podría afectarle el acceder tan pronto a esto, le estaba mareando mucho, quería ser más que eso. No eran absolutamente nada más que "amigos" con derecho, lo que realmente molestaba a Jisung de sobremanera.
— ¿Cuándo me pedirás que sea tu novio? — el tacto lleno de caricias se detuvo — Ha pasado un tiempo y no quiero sentirme usado... Yo...
— Está bien, no hay problema — plantó un ligero beso en su frente y acarició sus cabellos con sus dedos — Jamás te haría daño, jamás. Entiendo que no estés listo aún, no te preocupes, Han.
— No, — se estaba alejando, lo había llamado por su apellido y apenas le estaba sonriendo. — no, espera... Yo no quería decir eso — Su error, se equivocó, fue su culpa, lo dejará — ¡Puedes hacerlo!
Su profesor detuvo la acción de querer colocarse el pantalón nuevamente, haciendo sonar la hebilla de la correa por la habitación. En un acto suave, Jisung volvió a traer su rostro con el de él, besó sus labios con lágrimas en los ojos y no supo más de lo que sucedió luego de eso.
— Me duele... — repitió por quinta vez entre lágrimas.
Se equivocó, no se detuvo como creía. A pesar de que le mintió y si le hizo daño, son errores que hay dentro de una relación y que a pesar de cuanto duela ahora, hay que saber perdonarlos para poder avanzar.
— Tranquilo, ya pasará.
Un beso, selló su decisión, porque después de ello lo único que pudo sentir fueron sus manos tocando su cuerpo, dolor ya algo más ligero, más besos y promesas, tantas promesas que sus lágrimas de felicidad no pudieron evitarse porque él...
Lo amaba mucho.
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El juguete del profesor | MINSUNG
Fanfiction❛❛ Él lo amaba mucho, tanto que le resultaba doloroso tener que ver cómo el amor de su vida se convertía en un objeto detestable y desechable debido a su peor y más odiado enemigo en esa escuela. El profesor Song ❜❜ [ 𝗘𝗦𝗧𝗔𝗗𝗢: Emisión ] ✿ Por...