Satoru Gojo Mejor conocido cómo el mejor jugador de baloncesto, estaba haciendo historia y tenía una vida de jugador estrella con fiestas y modelos de primera
Claro que aquellos niños tan entrometidos y su tía no debian de arruinarle aquellos planes ¿O si?
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Las estrellas esa noche resplandecían demasiado, como si dentro de su brillo hubiera un mensaje oculto esperando ser descifrado. La atmósfera era electrizante, casi mágica, y Satoru sentía que ese resplandor estelar se reflejaba en él después de su gran victoria.
—¡Satoru! ¡Satoru! —los reporteros le gritaban desesperados por obtener alguna exclusiva. El aire estaba cargado de emoción y las luces de las cámaras parpadeaban incesantemente, casi cegándolo.
Aquel hombre caminaba con una confianza innata entre la multitud, su figura alta y atlética destacaba entre las luces cegadoras y los gritos ensordecedores.
—Dime — termino acercándose a la reportera más bonita que había visto
—¿Qué se siente estar en la cima de los jugadores de la NBA? —preguntó ella, su voz suave pero firme, mientras lo miraba a los ojos, buscando la verdad detrás de su máscara de seguridad
—Es endulzante — respondió naturalmente — cuándo eres el mejor, simplemente eres el mejor — le guiñó un ojo con picardía— y no planeo dejar de serlo y no se olviden de mi entrevista especial por Navidad