Capitulo 23

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Nayla
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Escucho de lejos que mi alarma esta sonando y sonando así que abro lentamente mis ojos y estiro un poco mis brazos para alcanzar mi celular y apagar esa horrenda alarma que no me deja seguir durmiendo.

Miro la pantalla del celular y son exactamente las 5:46 AM. Hoy mis clases empiezan temprano y a las tres de la tarde terminan.

Me levanto de mi cama y voy directo al cuarto de baño, ya que me quite el pijama entro a la ducha.

Media hora después ya me he vestido con algo sencillo pero presentable, creo que tendré que llevar mi chaqueta de cuero porque el clima esta frío y no tengo otra cosa para cubrirme del clima.

Nunca me maquillo, al menos no a la exageración porque no es mi estilo.

¿Estilo? Si es porque no te sabes maquillar, no mientas.

Valeee, es verdad, no me sé maquillar como algunas chicas pero igual me siento bien así.

Por eso es que solo me aplico mis cremas de skincare y me enchino las pestañas, me aplico rimel, hace poco empecé a maquillarme las cejas, más labial, no me aplico rubor porque no me gusta y en eso consiste arreglarme.

¿Decepcionante? Si, ¿sorprendente? No.

No es la gran cosa pero me basta para sentirme bien, ¿okey?

Ya son las 6:40 AM y ya estoy lista, ayer debí ir a algún supermercado a hacer las compras porque no tengo absolutamente nada de comida y tengo hambre.

Tengo mis compras de la cafetería, pero no tengo ni leche ni café. Y no comeré solo dulce.

Si taaan solo tus vecinos te regalan al menos un poquitoo de café o leche.

¿Por qué lo dices en plural? Solo tengo un vecino, un vecino que quiere que me muera para que me largue.

Y no iré a pedir comida, me niego a hacerlo.

Inmediatamente escucho que mi estómago protesta de hambre, mierda.

Si que tengo mucha hambre, y si quiero comer algo tendré que ir a pedirle al odioso compañero de piso que tengo como vecino.

Otra vez mi estómago protesta, y no estoy segura de ir, también me puedo esperar a que llegue a la universidad y comprar algo.

Agh, debí hacer las compras ayer.

Me encaminó a la puerta y abro para salir, miro la puerta del chico y avanzo unos pasos, levanto mi mano y toco dos veces su puerta.

Espero a que abra, pero nada. Seguro esta dormido porque es temprano, no se si volver a tocar la puerta o irme pero lo segundo se descarta porque abren la puerta y vaya sorpresa la que me llevo.

Es una chica la que abre, una chica que va solo en toalla.

Al parecer pasó bien la noche cierta persona.

¿Te puedo ayudar en algo o qué?—al parecer esta algo molesta, no se si es porque interrumpi algo importante o porque no quería levantarse.

—Eh...esta..—mierda, ni siquiera se como se llama el chico y ¿cómo le digo que venia a pedirle una bebida para mi desayuno?—Creo que me equivoque de puerta, debe de ser en la otra—señaló mi propia puerta—así que disculpa la interrupción.

Trato de sonreír para que sea creíble, la chica me mira como si fuera un bicho raro pero no dice nada.

—Yo...que tengas buen día, ¿si?—me giro y toco mi puerta para fingir que en realidad me equivoque de puerta y espero a que me abran, la chica al fin vuelve adentro y cierra la puerta.

Un Verano Inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora