Capítulo 24

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Nayla
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Mis ojos captan el postre que esta servido en la bandeja plateada que acaba de colocar en la mesa Adara, se ve increíble y demasiado prometedor.

No se el nombre que le habrá puesto al postre, pero, consiste en una base de galleta con varias bolitas de crema chantilly y en la tercera base tienen pequeñas fresas y moras junto a una pequeña barra de chocolate.

—No es la gran cosa ni mucho menos el mejor postre y...—empieza a decir y al ver mi cara incrédula se detiene—¿Qué ocurre?

—¿Bromeas? Esto se ve increíble y dices que no es la gran cosa.

—Hay mejores—bufo por lo bajo y le hago una seña para ver si me permite tomar uno y ella asiente.

Al primer mordisco cierro lentamente mis ojos al saborear esto. La mezcla de las fresas y la crema chantilly es simplemente perfecta, las galletas están algo tibias y suaves.

Tomo en mis manos la barra de chocolate y le doy un pequeño mordisco, no puedo explicar lo bien que sabe esto.

—Wow, definitivamente esto tiene que estar en esas vitrinas porque la gente merece probar esta maravilla—digo mientras me limpio las pequeñas migajas que quedaron en mis comisuras.

—Escuchar eso es genial pero aun creo que no es algo que la gente probaría.

—¿Alguien más a parte de mi lo ha probado?

—No, solo tú—admite.

—Ahí esta!—extiendo mis manos al aire—Tienes que darle la oportunidad para que otros lo prueben y te prometo que lo amarán.

No he exagerado al decir que esta increíble su postre, ella misma lo ha preparado y quedó genial, tiene mucho potencial para la creatividad de los postres pero aún no lo ha visto.

—Me da gusto que te haya gustado, sin embargo aun no se si quiero que este en venta.

—Cuando lo esté todos van a querer comprarlos, porque esta increíble.

—Y que tal si no quieren comprarlos...

—Eso es sencillo—me encojo de hombros—Los obligare que compren uno y no me moveré de ellos hasta que le den un mordisco.

Llegan unos clientes y me mira disculpandose con la mirada porque tiene que irse a atenderlos y me quedo sola.

Veo a unos cuentas mesas a Asher que esta atendiendo a unos clientes, él no es de los camareros que te atienden con una sonrisa, él sigue con su cara indescifrable y solo asiente.

Una servilleta se cae al suelo y el se agacha a recogerla y frunzo mis cejas al ver una luz plateada que queda colgando al salir de su camisa, una cadena. Al componerse él se guarda nuevamente la cadena en el interior de su camisa.

El se queda quieto un segundo y no lo entiendo hasta que se voltea justamente a mi dirección al sentir que lo estaba observando.

Ahora pensara que eres una cotilla acosadora.

Aparto rápidamente mi mirada y concentro toda mi atención al cuadro del cactus que esta en la pared, carajo, solo tenia  curiosidad y el pensara otra cosa.

Luego de unos minutos no tengo nada más que hacer y voy al mostrador a despedirme de Adara y salgo de la cafetería. Al llegar a mi departamento voy al sofá y busco en Netflix una peli para ver y llega un mensaje a mi celular.

Enciendo la pantalla y por un momento no se que hacer. Es Mateo, abro el chat con demasiada ilusión pero todo eso desaparece al leer lo que ha puesto.

"Oye, perdón por no haberte respondido antes pero justo ahora sigo ocupado, te escribo cuando pueda. Bye"

No se que me esperaba pero esto no lo era en definitiva. Creo que al menos una explicación del porqué ha ignorado mis mensajes podría servir, pero nada.

Escribo una respuesta pero lo borro, vuelvo a intentarlo pero no me convence así que lo borro nuevamente y vuelvo a intentar otra respuesta pero lo termino borrando y apago mi celular.

Ya no tengo tantas ganas de ver una película así que apago el televisor y me tiro a mi cama a dormir.

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¿Quien fue la odiosa persona que dijo que las clases tienen que empezar en la mañana?

Esto es agotadoooor! Y solo han pasado dos semanas y ya no quiero seguir despertando tan temprano.

Te quedan más de 5 meses aún, ya casi.

Pfff, con solo pensar en eso ya me aburro.

En las dos semanas que llevo acá mi amistad con Adara ha aumentado y nos llevamos genial, ella es una gran persona, también he hecho compañeros en la universidad y no me aburro sola acá.

Con mi familia siempre mantenemos comunicación. Aún no diría que Asher y yo nos llevamos bien pero al menos no me ha vuelto a decir que me muera o que me vaya del piso.

Ojalá lo haga pronto.

Heey! No digas eso, por supuesto que no.

Ayy solo era una broma, que aguafiestas.

Y Mateo....el simplemente sigue ahí sin pensar en mi o al menos enviarme un mensaje. No se como explicar lo raro que es el hecho de que haya olvidado lo que pasó en verano y siguiera su vida normal.

O a lo mejor no paso nada entre nosotros o eso es lo que me convenzo en creer para poder sobrellevar las cosas.

Pero si el puede hacer que su vida siga como si nunca nos hubiéramos conocido, yo también puedo, ¿no?

Agh, el amor es un asco.

Me lavo los dientes para seguir mi rutina porque no puedo faltar a clases un lunes y luego de una hora estoy lista y salgo del piso.

Cierro mi puerta y en el elevador me encuentro con Asher saliendo, lleva una camisa blanca sin mangas por lo que supongo que salio a correr o al gym. Es imposible no quedarse viéndolo cuando su cabello rubio claro resalta y sus brazos se ven ideales como para levantarte con facilidad.

El es realmente alto, mis ojos van a sus labios que están algo rojos, pero sus pómulos me llaman la atención al estar levemente rosados por el sudor ya que es demasiado blanca su piel. Eso hace que se vea tierno cuando no lo es, obvio.

Creo que si cierras la boca no te entra una mosca.

Parpadeo rápidamente para dejar de pensar esas cosas y dirijo mi vista a su cara pero me arrepiento al ver que tiene una expresión aburrida y sus cejas arqueada.

—¿Terminaste de verme o necesitas que me quede una hora acá para que me observes mejor?

—Y-yo...yo no te estaba viendo a ti para empezar—me cruzo de brazos mientras intento no ponerme roja de vergüenza.

—Estaba a nada de llamar a la policía porque me sentía acosado, así que no mientas bicho raro.

—¡Y tu no exageres! Solo observaba tu camisa que esta sucia—giro mis ojos y lo rodeo para entrar al elevador e irme.

Toco el botón del elevador y Asher se gira a verme y cuando las puertas están ya por cerrarse mete su brazo para impedir que estas se cierren.

—Como un valioso consejo de mi parte, no acoses a las personas del edificio porque te pueden correr—dice—Aunque me harías el favor de desaparecer y dejarme solo, pero igual no acoses a las personas bicho raro.

¿Pero que obsesión tiene porque me largue? Y ¿por qué sigue llamándome así?

Jamás lo sabremos.

Lo único que hago es sacarle la lengua y hacerle mala cara, cosa que el no ve porque se gira para largarse, como siempre.

Las puertas se cierran y yo respiro lentamente para continuar mi día con clases super aburridas.


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Un Verano Inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora