Apreté el vaso con fuerza, odiaba ver como Klaus coqueteaba con esa chica. Llevaba días haciendo como si yo no existiera y ahora le daba por aparecer en mi lugar de trabajo con una pelirroja despampanante, ¿qué demonios pretendía? Si quería ponerme celosa lo estaba consiguiendo, las miradas furtivas que lanzaba a las tetas operadas de la Barbie Zanahoria no se me pasaban por alto. Pero lo llevaba claro si se pensaba que podía hacer lo que le diera la gana y que al final de la noche me tendría calentando su cama. La jugada le saldría cara, puede que yo no tuviera colmillos o garras, pero podía ser más peligrosa que cualquier criatura sacada de un bestiario.
—Ivette, ¡¿qué haces?!
El grito de Camille me obligó a dejar de lanzar mis dagas visuales imaginarias a la parejita y me encontré con la mirada horrorizada de mi amiga. Antes de poder preguntar qué pasaba, lo noté; un calor sofocante a mis espaldas.
—¡Fuego! —gritó un cliente de la barra.
Dios mío, ¡las cortinas!, se estaban incendiando.
Sin pensar, agarré el primer trapo que tenía a mano y empecé a azotar las llamas con él. Lo había visto en las películas y funcionaba, pero parece que no. O yo lo estaba haciendo mal, porque el trapo empezó a arder también.
—¡Para! Te vas a quemar, muchacha. Suéltalo.
Hice caso y lo dejé caer. ¿Sería buena idea pisarlo hasta extinguir el fuego? ¿O todos los trucos que nos enseñaba la televisión eran mentira?
Mierda, no sabía qué hacer. Por no hablar de los gritos de la clientela, que no hacían más que sacarme aún más los nervios.
—¡Aparta!
Acto seguido, una cascada de agua fría cayó sobre mi cabeza, empapándome de arriba abajo. Cuando me di la vuelta, me encontré de cara con un Klaus que sujetaba una cubeta ya vacía en sus manos. Detrás de él, Barbie Zanahoria me miraba con una mueca de disgusto.
—Me has mojado, imbécil.
Podría haberme mirado con ganas de asesinarme por insultarle o soltarme alguna de sus amenazas, lo hubiera preferido, pero por lo contrario, me dedicó una de sus sonrisas que alertaba "para nada buenas intenciones" y dijo:
—Ni que fuera la primera vez que lo hago.
—Serás...
—¡Ya estoy aquí! —Camille apareció corriendo desde la puerta de la cocina con el extintor y se sorprendió al ver que ya no había fuego. Me miró a mí, confusa. Luego a Klaus y, por último, a la cubeta en sus manos— Oh..., gracias, Klaus.
Klaus puso cara de regocijo, haciéndose el gran salvador.
Cuando Camille se fue para devolver el extintor a su lugar, Klaus se adentró en la barra y me agarró de los brazos.
—¿Qué demonios, Klaus?
Acercó su cara a la mía, tan cerca que pensé que me iba a besar, pero sus labios nunca tocaron los míos, si no que se posicionaron a milímetros de mi oído. Cosa que me provocó escalofríos cuando empezó a susurrar.
—La próxima vez que quieras llamar mi atención no hace falta que provoques un incendio, amor. Sabes que me tienes a tus pies.
Su mano empezó a subir desde mi brazo hasta los hombros, bajando luego por mi espalda con una suave caricia. Mis piernas ya empezaban a tambalear, pero intenté mantenerme firme.
—¿Y tu amiga? —pregunté, y juro que intenté disimular mi resentimiento.
—Ella no es nadie.
Miré alrededor y la pelirroja ya no estaba por ninguna parte, se había ido.
—¿Quién era?
Klaus suspiró y se apartó de mí.
—Escúchame, bruja, porque no lo voy a repetir. Te quiero. Así que hazme un favor y confía en mí —Su voz y su mirada suplicante me hicieron tragar saliva.
—¿Tú... me quieres?
Klaus asintió y tuve que parpadear varias veces para cerciorarme de que no estaba soñando despierta.
—No te hagas la sorprendida, ya lo sabías.
Negué con una sonrisa que iluminaba mi cara como tres soles.
—No, pero me alegro de que que me lo hayas dicho.
Sin pensarlo dos veces, me lancé sobre Klaus y volví a probar esos labios que tanto había echado en falta.
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TVD & TO | ONE SHOTS
FanfictionRecopilación de one-shots de The vampire diaries y The originals creados por mí❤️