III.

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- Te lo dije. Te dije que eso del matrimonio falso te jugaría en contra un día.

La verdad, Spreen no esperaba otra cosa de Alex, más que restregar en la cara su desgracia del día.

¿Por qué, simplemente, no le dijiste la verdad? - terminó con un suspiro. Spreen lo miró con una de sus cejas elevadas.

- ¿Decirle la verdad? -- dejo su taza de café a un lado y lo miró -- Déjame practicar, tú serás Sally ahora.

- Ah, claro, un segundo - hizo una pose graciosa, como burla a la edad de Sally.

- Ella no es así, pero bueno - tomó una fuerte bocanada de aire y habló -. Sólo uso ese falso anillo de bodas a veces.

- Eres un idiota - lo interrumpió --. Yo te mandaría a la chingada.

- Si, bueno - lo ignoró y volvió a tomar su taza para dirigirse al sillón y sentarse.

- Spreen - llamó su atención - ¿Qué tienes? Caminas muy extraño.

- Es mi espalda; dormí en la playa --
Explicó acomodándose en el sillón.
Quackity abrió la boca, pero Spreen se adelantó -. Si, sé que debo hacer ejercicio, pero no tengo tiempo y lo sabes.

- Si dejaras de Cogerte a todo lo que encuentras, sin contar la vez que lo tuvimos antes de tener a Rivers, y le dedicas media hora al ejercicio, tu columna lo agradecería - Regaño -. Además, escuche que el modelo de la revista tortilla land no hace ejercicio, pero siempre usa las escaleras.

- ¿Sabes? - sonrió coqueto - Las personas me dicen que tengo un parecido a él ese modelo increíble.

- Si, claro - dijo con sarcasmo mientras le pasaba una bolsa de hielo y el híbrido oso agradeció.

- Ma, dame dinero.

Sin presentación o anunciar su presencia, un joven castaño con alas doradas entró al consultorio.

- Si, buen día a ti también Roier -- dijo Quackity con ironía --. No seas bestia y saluda al doctor Buhaje.

¿Qué tal? Doctor Buhaje ¿Cómo está?
- esta vez, el chico utilizo un acento Gallego, dirigiéndose al médico.

- Y mi asistente es Carrera - miró al hibrido y sonrió - ¿Por qué el acento Gallego?

- Voy a entrar a un curso de actuación este verano, Doctor - Respondió el joven-. Seré el próximo Eugenio Dervez.

- Bien, Roier - llamo Quackity, miró a su hijo con una sonrisa de labios cerrados
--, ¿Dónde está tu hermana?.

- Con el tío Luzu - respondió de inmediato y Quackity elevó una de sus cejas de forma acusadora -, te lo juro por lo más sagrado que tengo; mis clases de actuación.

- Bien -- aceptó reteniendo un suspiro --
Toma este billete y quiero el cambio completo.

- ¿Puedo ir a hacer del George antes de irnos?
- una voz extra se hizo escuchar, la recocio, al voltear vio a su pequeña hija de cabello rubio con rasgos de oso al igual que el.

- Si, está en el fondo - informó a su hija pequeña -. Acompáñala.

Roier asintió y siguió a su hermana.

- ¿Dijo que quería hacer George? - Quackity dejó libre su curiosidad.

- Había un chico, en la universidad,
llamado George Not found - explicó -.
Era mi... amigo/enemigo. Te hubiera gustado; todo en él era falso. Bueno, una noche estaba tomando una copa de vino.

- Una botella - corrigió el Azabache.

- Una botella, y ya me estaba cansando que los niños a diario dijeran "Tengo que defecar" "Tengo que hacer popo". Así que les dije que se decía "Hacer del George" y les gustó, y se quedó - explico sin más.

Un esposo de mentira. - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora