Kibou

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Felix

Unas manos repasaban mi cintura numerosas veces, el beso se había vuelto más apasionado e intenso, sin cortar el largo beso nos guio hasta el blanco sofá terminando encima mío con una rodilla entre mis piernas con la que hizo un poco de presión en ella sacando un gemido a ambos cuando mordí su labio inferior antes de separarnos

— No podemos – expresó el pelinegro sobre mis labios

— No? – interrogue dejando un corto beso en sus belfos

— Hoy bebiste y deberíamos descansar, es demasiado tarde – expreso abrazándome  indicando que me cargaría, con eso enrollé mis piernas en su cadera para guiarnos a su habitación

— Mmm – un pequeño gemido de perplejidad salió de mis labios.

Un dolor fuerte ataco mi cabeza apenas intente moverme en la misma cama, el resplandor del sol entraba por la ventana, no me asombraba el estar en una habitación un tanto foránea perfectamente sabia en donde había pasado la noche y lo que había acontecido en esta - no había pasado nada realmente - lo que si me sorprendía era que el cuerpo de la persona que durmió a mi lado no se encontraba. ¿Por qué habría de estar conmigo?

Esta madrugada tan perfecta sin titubeo florecería como memoria de jamás borrar, un beso sé que me dejo sin palabras, ese primer beso que pude sentir mucho con tan poco tiempo, todo es confuso, los latidos de mi corazón, los suspiros de mi alma, las caricias de sus manos

Tan glorioso y enigmático eran las inauditas sensaciones dentro de mi ser y la calma que me hizo apreciar con tan solo una sonrisa desde el primer momento que lo conocí, una mirada tan serena ante mí, yo... un ser que en ese intervalo y hasta en este momento sigo siendo un día nublado con tormentas en su cabeza la cual lo han hecho un lío.

La puerta del baño fue abierta dejando ver al hombre con una toalla en la cintura y su torso desnudo y su cabello azabache pegado a su rostro acercándose hasta el closet

— Pensé que seguirías durmiendo hasta tarde – ni siquiera podía disimular mi mirada a su torso, si bien no era exageradamente musculoso se veía que tenia un abdomen algo trabajado y justo donde empezaba la toalla se asomaba una línea v en abdomen bajo, ni hablar de su ancha espalda... — si no respondes tomare tu silencio como un si – dijo poniendo su playera y acercándose a mi para acorralarme entre la cama y sus brazos

— ¿Que decías? No escuche por el ruido  – respondí alejando más su rostro a lo que hizo un gesto de entre cerrar los ojos

— Claro – se sentó a mi lado y tomo mi mano jugando con ella — Lo que te pregunte es que si me permites invitarte a salir o mas bien a estar todo el día de hoy contigo, como una cita – mi cabeza de inmediato se elevo hasta verlo a la cara — Solo si quieres y no estas ocupado hoy

— Crees que me vea bien para ir a una cita – recosté mi cabeza en su hombre y miramos mi vestimenta que sin duda era un desastre

— Te vez precioso, pero si quieres podemos ir a comprar ropa o pasar a casa de tu amigo

— Si, creo que me gustaría pasar a casa de Seugmin, pero no se si este en ella – me levante y tome mi celular de la mesita de dormir

Mande un mensaje a lo que no espere mucho por su respuesta afirmando estar en su hogar, le dije a Hyunjin y juntos tomamos el elevador a la planta mas baja que era un estacionamiento un poco solitario, tomo mi mano y nos guio a un auto algo diferente al que había visto ese día, este parecía ser más modesto

— ¿Que paso con el anterior auto? – pregunte curioso

— Hoy no quiero llamar la atención, quiero que nuestra cita sea tranquila, también, me da un poco de miedo como podías reaccionar a tanto lujo, sin hablar de la prensa que intentaría buscar todo sobre ti – abrió la puerta para mi — Y me resulta mas horrores que suelten comentarios negativos a tu persona

Il Mistero Dell'Amore • HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora