- No puedes negar que ha sido una entrada triunfal, ¿eh? - dijo con una sonrisa picarona.
- Una... ¿qué? - pregunté aturdida.-
¿Estás bien? - me preguntó con semblante preocupado. - estás realmente pálida.
- Sí, estoy bien - mentí. Solo quería evitar que él se acercase a mí, de modo que retrocedí dos pasos al notar que él se aproximaba.
Sin saber si estaba soñando de nuevo o si todo era real dejé las macetas en la cocina y me dirigí al salón. Necesitaba sentarme.
Yuli me siguió ofreciéndome un vaso de agua helada.
-Creo que lo necesitas - me dijo sonriendo mientras extendía su brazo.
-Gracias - dije.
-Todavía no lo asimilas, ¿verdad? - me preguntó mientras se desdibujaba su sonrisa.
- Que no asimilo el qué - no entendía nada, cada vez menos.
-Lo que eres - dijo mirándome fijamente a los ojos.
- Lo que soy - repetí como hipnotizada. - ¿Qué soy según tú?
- Tenemos un problema si no lo aceptas - dijo mientras regresaba su semblante serio.
- ¿Tenemos? -pregunté sorprendida.
- Sí - fue lo único que dijo.
Me quedé callada durante un periodo de tiempo que no sé si fueron segundos o minutos. Cada instante que pasaba entendía menos de todo lo que estaba pasando. No entendía nada de lo que me sucedía. No entendía lo que había pasado en el patio. No entendía a qué venía ese "tenemos". Tampoco entendía cómo diablos había entrado el misterioso chico de ojos azules en mi casa, aunque eso era casi lo que menos me preocupaba teniendo en cuenta que había pasado de ser un murciélago a una persona. Sí, definitivamente eso era más preocupante. Pero no lo era menos el hecho de pensar que él sabía lo que yo supuestamente era porque si no, no habría hecho aquella pregunta.
Me levanté del sofá sin mediar palabra como si él no estuviera ahí, en mi casa, sentado enfrente de mí. Me dirigí a la cocina y cogiendo las macetas salí al patio. Las deposité en el suelo en la zona donde el sol hacía acto de su presencia. Recordé lo que había pasado en el establecimiento de la señora Gladis. Definitivamente llevaba un día un tanto peculiar y todavía no era ni medio día.
Quise regresar al salón caminando decidida a preguntarle a Yuli qué estaba pasando y a resolver todas mis dudas. Pero me daban miedo las respuestas. Respuestas que quizás no quería escuchar, o que no iba a ser capaz de entender, o, mejor dicho, creer. Y con todo lo que ya había pasado hoy no estaba preparada. De modo que decidí simplemente ser cortés y me dirigí al salón únicamente para preguntarle si le apetecía quedarse a comer.
Era obvio, pero no había pensado en esa posibilidad, a pesar de haberme ocurrido mil veces. Yuli ya no estaba. En aquel momento decidí que la próxima vez que se plantara ante mí le preguntaría todo lo que quería saber, sin importarme las respuestas.
Volví al patio, y me senté en una silla de mimbre blanca en la que mamá se sentaba frecuentemente. Necesitaba pensar, asimilar, entender... o qué se yo.
Llegué a la conclusión de que lo que estaba pasando no era ni medio normal. Algo extraño sucedía en mí, o a mi alrededor. Fríamente recordé todo lo extraordinario que me había estado pasando los últimos días. Primero, el día de la muerte de mamá. Pensé en aquellos pájaros inmóviles. Pensé en la primera vez que había visto esos ojos azules que había sido cuando me había cortado con el cristal. Después recordé aquel casi accidente con el coche de tía Marga, también había aparecido él. Ambas ocasiones se podían denominar como situaciones de peligro. El funeral de mamá. Había visto esos ojos durante apenas un instante, pero ahí estaba él. Situación de tristeza, pena, desesperación. Mi mente me trasladó hasta la tienda de la señora Gladis, aquella hoja, aquella rosa. Y de nuevo él. Situación de... ¿incertidumbre? No sabría como llamarlo. Lo que estaba claro es que hasta ahora él había aparecido en determinadas situaciones, de peligro, de desesperación o incertidumbre. Lo cual me llevaba a pensar que en cierto modo aparecía cuando yo quizás podría necesitar ayuda, aunque no la necesitaba, obviamente y menos de un desconocido.
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Selene✧
FantasíaLya era una chica normal. Con una vida normal. Con un nombre normal. Y con un drama romántico normal... Lo había dejado recientemente con su novio Dann. Pero la muerte de su madre, lo cambió todo... A ella. Su vida. E incluso su nombre... Ahora ell...