10. Sustos y sumergidas

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Alexa y yo llegamos a la cabaña que le corresponde a ella y Keira. Busca en su cartera un pequeño pomo en donde tiene sus felpas, se recoge el cabello de una forma muy desordenada, de todas maneras después de que me cambie de atuendo volveremos a la playa. Vuelve sus ojos hacia mí, mirándome de arriba a abajo, se pasa el dedo por el labio como si pensara, la verdad es que desde que la conozco la he visto hacerlo muy seguido. Después de mirarme completamente se centra en observar mis ojos y pelo. ¿Qué hace? No la entiendo.

- Da una vuelta. - me ordena con su tierna y suave voz

- ¿Qué? - le pregunto ya queriendo saber lo que hace, bueno si ya se que mirarme es lo que está haciendo, en realidad hablo en forma general, ¿qué gana con esto?

- Shhh - pone su dedo índice en sus labios cerrados - Quiero verte bien para saber que bikini te queda mejor. - habla en un susurro

- ¿Cómo? ¿Hay más de uno? No me lo creo.

- Sí, en realidad hay dos más, cuando llegamos al campamento a Keira le entraron ganas de ir al baño y me dijo que le ayudara a guardar.

- Entonces, ¿cómo pudiste ver los bikinis?

- Eh, no te desesperes, ¿ok?

- Ok - le respondo a regañadientes.

- Me da la sensación de que te importa más saber cómo descubrí lo trajes a que verlo.

- ¿Cómo crees que me interesa más como encontraste los trajes a que me los muestres?

- Lo digo porque te conozco, Emily. - me dice en un tono de seriedad

- Espera, ¿desde cuando me conoces tanto?

- Te conozco hace poco pero digamos que cuando fui a tu casa Emy me habló mucho sobre ti, ¿puedo seguir?

- Sí, sigue.

- Empecé con doblar la ropa y cuando ya terminaba me di cuenta de los bikinis.

Tal vez se preguntan porque razón estamos solas las dos en la cabaña. Pues no lo sé, aquellas tres no estaban tan lejos. No importa, se habrán entretenido con algo. Me recojo el pelo medio seco con la felpa que tenía en la mano, mi pelo además de ser largo es muy rizado y alborotado, se me enreda mucho, eso es lo que me diferencia del pelo de mis amigas. Alexa lo tiene muy parecido al mío pero no se le enreda tanto, Keira también lo tiene lacio y con Zulehimis y Shara se repite la misma historia, si, algunas pasas, tengo que admitirlo, pero es igual, lo que ella y las demás sí se saben peinar, es una ventaja que tienen. Por eso Shari tiene que ser mi compañera en todas estas excursiones escolares. Ya se nos hace costumbre, lo hacemos más o menos desde que nuestro primer campamento, cuando me dejé el pelo hecho un desastre. Y para sustituirla a ella las tengo a todas, incluyendo a Zulehimis que varias veces me salvó el pellejo, para que mamá no me regañara al llegar a casa.

Como estoy tan ansiosa por probarme los bikinis, voy a decirle que me los de. Sí, dije probarme para ver como me quedan, tengo que asegurarme cual me gusta más.

- Me los das ya ¿si? Por favor, Alexa.

- No, ¿Te tengo que recordar que no es mío? Es de Keira y solo de ella, no me puedo tomar la facultad de cogerlos sin su permiso, ni siquiera sabe que yo lo, quedaría como una indiscreta.

- No quedarías como indiscreta, Keira fue la que te dijo que la ayudaras, pero no deviste habérmelo dicho, o por lo menos haber disimulado mejor.

- Como digas, ¿Vamos a buscar a esas tres? - me río un poco - Eh, hablo en serio, que ya las hemos esperado durante media hora, o más, creo. -"salimos de la cabaña, caminamos unos minutos, visualizamos a tres muchachas de séptimo grado que están sentadas, bueno más bien tiradas en la arena, corro hacia ellas - ¡Eh chicas! ¿Pero qué hacen ahí acostadas? Ya nos han hecho esperarlas durante un buen rato.

- Es que estamos cansadas, ¿podrían cargarnos hasta la cabaña?

- Keira, si la cabaña está ahí mismo, apenas tienes once años, eres la menor de todas, por ahora.

- Eso no significa que tenga más voluntad.

- No, pero tienes más fuerzas. - Alexa se ríe, Shara a puesto una cara muy sofocada, ¿Pero qué pasa aquí? - Eh, que quiero meterme al agua. - Zulehimis se levanta del piso.

- Emily, lo que pasa es que estas dos quisieron molestar a Esteban un poco.

- ¿Cómo lo han molestado?

- Pues le hemos dado un buen susto. La cosa es que sabíamos que ustedes dos no querrían hacerlo, así que le dimos ventaja a las dos para que nosotras lo pudiéramos molestar. Entonces que cuando se iba a meterse en el agua lo sorprendimos y este se sumergió en el agua. Ya sabes que el es muy miedoso para su edad, y.....

- ¿Y...? Sigue que me desespera.

- Y este nos empezó a perseguir como si fuéramos criminales y el la policía, y aquí estamos, huyendo de él.

- Yo las veo sentadas.

- Pues que él nos perdió de vista.

- Oh, hablando del rey de Roma, por ahí viene. - digo de una forma sarcástica cuando veo a Esteban venir hacia nosotras.

- No, noooo, nos va a matar vivas.

- ¿Pero por qué le dan tanta importancia? Que solo le han dado un sustito, no es nada, ¿no?

- ¿Un sustito, un sustito dices? Que por poco se ahoga y todo por culpa de esta, - señala a Shara - que se le ha tirado encima.

- Bueno, vallan a la cabaña que Alexa y yo le diremos que las dejen en paz, tranquilas. - corren lo más rápido que pueden, mientras Esteban se acerca a a nosotra

- ¿Dónde están esas chiquillas? Se muy bien que son amigas pero....

- ¿Pero qué?

- Pero por ser sus amigas no significa que deban encubrir a esas asesinas.

- ¿En serio?

- Si en serio, ¿quieren que les cuente? - asentimos mi amiga y yo al mismo tiempo - Pues que yo estaba nadando feliz en la playa, en un momento me acerqué a la orilla y las tres que parecen muy maduritas se tiraron sobre mí, la mano de Shara se posó en mi cráneo, lo que hizo que me sumergiera en el agua y como todo fue de repente me tomó de sorpresa. Ahora mismo estaría muerto sino fuera porque Zulehimis quitó la mano que reposaba sin preocupación alguna en mi cabeza.

- Espera, para ahí un momento. Pero tú por qué no aguantaste la respiración.

- Porque como te dije fue muy repentino, duró al menos diez segundos.

- Eh tranquilo, no volverá a pasar, descansa un rato anda.

Alexa y yo le damos la espalda y caminamos a las cabañas con nuestras amigas.

- Pronto la directora ya no dejará que nadie esté en el agua, hay que darse prisa.

- Si, además espero que lo de hoy no se repita.

- Vamos que hay que hablar seriamente con las adolescentes que quisieron revivir los tiempos cuando tenían tres años. No se si sabías, pero una vez Shara le hizo lo mismo a su padre.

- No me lo creo.

- Pues te lo tienes que creer.

Caminamos hasta la cabaña, la verdad espero que a Esteban no se le ocurra decirle nada de lo que pasó a la directora, sí, porque además de que sea conocido por uno de los más miedosos, tiene fama por delatar a todos, y aunque sé que mis amigas hicieron mal, yo seré la que las grite y regañe, que ya sé bien como lidiar con ellas, ya que las conozco hace siete años bien contados.

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