JUNTOS

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El timbre sonó y me asusto, adormilado vi el reloj que había a mi lado, eran las 7:30 de la mañana y yo moría de sueño, tome una almohada libre y me cubrí los oídos con ella, pero el sonido del timbre seguí sonando, ¿Quién demonios era?


Me puse una camiseta y un short, porque sí, yo dormía en ropa interior, aun con sueño comencé a bajar las escaleras, comencé a quitar los seguros de la puerta, abrí y antes de poder admirar quien era sentí unos brazos rodeándome el cuello, percibí un perfume a vainilla y desperté al instante.


-¡Hannah!-dije abrazándola también.

-¿Estabas dormido?

-Sí.

-Diría que lo siento pero realmente quería verte otra vez, así que... no lo siento.


La invite a pasar y ella comenzó a admirar la casa, la guie hasta una sala cómoda para que pudiéramos platicar, tenía ganas de contarle cosas, el problema aquí era que no tenía muchas cosas que contar, no había hecho grandes cosas desde mi llegada... bueno, lo de conocer a Jason si era algo.


-¿Dónde está tu padre?-pregunte.

-Metiendo las cajas y esas cosas-dijo como si nada.

-¿Por qué no le ayudas?

-¿Bromeas? Soy una dama y no debo cargar las cosas.


Me reí, ella no había cambiado a pesar de las cosas que habíamos vivido, era la misma de siempre, guapa, elegante y, por supuesto, toda una diva.


Platicamos por unas horas hasta que se tuvo que ir, su padre había venido a sacarla de aquí, afortunadamente se habían mudado a cuatro casas de la mía así que estábamos muy cerca.


-Prométeme que me presentaras al chico misterioso-dijo antes de irse.

-Sí, y su nombre es Jason.

-Suena sexy-me giño el ojo y se fue.


Me metí en la casa y comencé con mi rutina, ducharme, acomodar la recamara, desayunar, ver televisión y adelantar mi libro (que por cierto se estaba poniendo increíble), entonces mi iPhone sonó, lo tome y vi que era un mensaje de Jason.


Recordé la escena de ayer, fue un error eso lo sé, pero no lo sentía como si lo fuera, sabía que era demasiado pronto para enamorarme de alguien más, pero debía intentarlo, a estas alturas no me quedaba mucho por perder.


"¿Estas libre?" decía el mensaje, le envié otro diciéndole que si y al instante recibí otro "¿Te parece si quedamos en la cafetería a las 11?" sonreí y respondí que sí.


Antes de dejarme en casa me dio su número y yo le di el mío, no habíamos mencionado nada del beso durante el camino, así que entendía que debíamos... platicar para definir que iba a suceder.


****

Le di un sorbo a mi café y mire a Jason, este chico parecía digno de un retrato, podía escuchar a Bruno Mars por las bocinas, me encantaba como cantaba, era tan... romántico.


-Ya no tuvimos la oportunidad de aclarar las cosas-dijo Jason.

-Cierto-respondí tímidamente.

-No puede volver a ocurrir-dijo.


Levante la mirada sorprendido, igual no debía sentirme mal si esto no resultaba porque ni siquiera habíamos llegado a un "esto" que valiera, solo fue un beso y ya, no significa nada ¿O sí?


-No me malinterpretes, me gusto, pero no puede ocurrir hasta que sepa que somos en realidad.

-¿A qué te refieres?-pregunté.

-¿Somos novios? ¿Somos solo amigos? Si haremos esto quiero hacerlo bien.


No pude hacer otra cosa más que ver sus bellos y profundos ojos, esa mirada absorbente que da la impresión de que te inspecciona completamente.


-¿Quieres que seamos novios?-hizo la pregunta.


Me quede congelado, ¿Estaba listo para una nueva relación después de cómo resulto la ultima? Sentí un nudo en la garganta al recordar a Marcos... ¡No maldición, olvídate de él! Sentía como las heridas seguían abiertas.


-Yo... ni siquiera sé que quiero-respondí viendo mi café.

-¿Es por mi?

-¡No! Para nada... es solo que, he pasado por cosas... complicadas-enfrenté su mirada.

-Como todos, no quiero que te sientas presionado.


Observe a una pareja a varias mesas de distancia, veía como se reían y se tomaban de la mano, ¿Era difícil tener algo así? Tal vez no, tal vez lo que buscaba estaba frente a mí, entendía que las heridas estuvieran latentes aun, pero posiblemente el me ayudaría a cerrarlas, el seria mi medicina.


-Si quiero, quiero intentarlo ¿Y tú?-dije.


Sonrió de oreja a  oreja y me dio un beso, sentí como dentro de mi crecía algo, nuevamente esa sensación de mariposas...


-¿Quieres conocer mi departamento?-pregunto.

-Sí.


Salimos de la cafetería y deje que me guiara a su guarida.









Atadura (Metamorfosis 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora