ella me mantiene calmada

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Después de estar minutos llorando en su hombro, Heejin finalmente pudo controlar sus emociones. Hyunjin vio cómo su mayor estaba más que cansada, por lo que le dejó durmiendo en el sofá. Estaba más calmada, pero aún tenía esa preocupación encima, ese sentimiento de culpa.

Treinta minutos más tarde, Jungeun y Jinsol salieron de su cuarto para ir al salón. Allí encontraron a Heejin dormida y a Hyunjin sentada con sus manos en su cabeza. Jinsol se asomó para ver a Beomgyu, y recordó la posición de Heejin. Ambos dormían boca arriba, con la boca abierta y se le caían la baba. 

—¿Has podido decírselo?— preguntó Jungeun, observando cómo Heejin babeaba su chaqueta.

—Sí, sí, se lo he dicho... Ha sido mejor de lo que esperaba.— Jinsol abrazó a la pelinegra, animándole.— Se ha puesto a llorar, pero no ha rechistado ni me ha reprochado nada.

—¿Ves? Ella de verdad ama a Beomgyu, y lo hará más sabiendo que es su hijo.— habló la castaña mayor.— Aunque... Creo que es más efectivo que hagáis una prueba de maternidad. Todo esto puede ser algo bastante loco e inesperado, es sólo para comprobrarlo y de verdad decir que ella es su madre.

—Tiene razón, Hyunjin. Quizás hayamos deducido que Heejin sea su otra madre... Haceros la prueba cuanto antes.— sujetó sus manos y las acarició.— Nosotras nos vamos ahora, ya sabes, para dejaros espacio y tiempo juntas. Os cocinaré algo antes de irnos al médico.— sonrió débilmente, teniendo a Jungeun detrás suya asintiendo.

Horas más tarde, viendo cómo Beomgyu despertaba, Hyunjin se apresuró a darle mimos a su hijo. Miró sus ojos, y en cómo le recordaban a los de Heejin. Sonrió inconscientemente, mientras Jungeun preparaba un plato al niño y Jinsol ponía la bebida y las servilletas.

—Mami, he soñado una cosa muy bonita.— dijo el pequeño entusiasmado, atrayendo la atención de su madre.— Vi a Heejin tocándote una canción, mientras le dabas besitos.— reía bajito, notando una gran sonrisa de Hyunjin.

—¿Qué más, Beom?— preguntó, dándole un vaso de leche. Jungeun llegó con el plato, dejándoselo en la mesa. Hyunjin subió al niño a la silla, viendo cómo este empezaba a comer.

—Luego de daros besitos, Heejin te abrazaba y os íbais flotando al cielo. ¡Y estaba lleno de estrellas! Y la luna derramaba lágrimas de veros juntas, porque te tiene envidia, mami.

Hyunjin sintió mucho amor gracias a su hijo, a quien besó en la frente mientras despertaba a Heejin. Jinsol, por otra parte, se excusó diciendo que tenía que irse al reconocimiento médico. Jungeun fue tras ella, y ambas abandonaron la casa, dejando a estos tres a solas. 

—Hey, despierta...— le movió un poco, haciendo que la castaña se quejara.— Vamos, Heekie, tienes que comer algo.— siguió acariciando su brazo.

—Un poquito más.— se dio la vuelta, hasta que Hyunjin le tiró al suelo de un empujón. Heejin cayó con los ojos bien abiertos, mirando a la causante de su caída.— Serás...

—Jungeun y Jinsol se han ido al médico, pero te han preparado una comida. Anda, come antes de que me devores.— reía.

—¿Te puedo devorar de otra forma?— sonrió alzando las cejas.

—¡Pervertida, delante de mi hijo no!— le pegó en el hombro, viendo a la mayor reír dirigiéndose a la cocina. Allí, Beomgyu se levantó para abrazar a la castaña, siendo cargado por esta.

—¿Cómo ha dormido mi campeón?— le acarició la mejilla, provocando una risita en el más pequeño.— Veo que ya te has terminado tu comida, yo aún tengo que comerme la mía. ¿Me ayudarías?

Beomgyu fue bajado por Heejin, quien cogió el plato que Jungeun le hizo y lo calentó. Hyunjin le puso agua y cubirertos, dándole las gracias con una caricia. El niño se sentó al lado de su madre y de Heejin, siendo mimado por ambas adultas.

—¿Te puedo contar una historia, Heejin? ¡Porfi, porfi, porfi!

—Esa y todas las que quieras.— Beomgyu le abrazó y fue a por las figuras de acción que se trajeron. Al volver, pilló a Heejin coqueteando con su madre, pero no entendía lo que pasaba.— Esta eres tú, mami.— señaló a una de sus muñecas.— Y tú eres este.— le dijo a Heejin, sacando un soldado.— Este es papá.— sacó su último juguete, cuyo era un monstruo peludo.

Hyunjin rio por las descripciones, y Heejin le aplaudió. Beomgyu los posicionó de pie, viendo a su mayor comer y a su madre atentiéndole.

—Érase una vez una princesa que necesitaba ser rescatada de las garras del monstruo. Tenía que casarse con él, hasta que un príncipe apareció.— miró a Heejin.— Tienes que hablar y mover al muñeco como si fueras tú.— le indicó a su mayor.

La tatuada cogió su soldado y sonrió, bajo la mirada entusiasmada de Beomgyu y una cómplice de Hyunjin. Lo puso de pie y se aclaró la garganta.

—Yo, príncipe, te soltaré de las malvadas mazmorras del monstruo.— dijo Heejin, moviendo a la figura, haciendo reír a Beomgyu.

—No pasarás por aquí, no la rescatarás.— siguió Beomgyu, ahora dándole la barbie a su madre.— Te toca, mami.

—Príncipe, rescátame de este palacio oscuro y sucio.

El pequeño castaño hizo que el monstruo y el príncipe pelearan, sujetando las espadas de ambos. En un movimiento brusco, la figura del príncipe derrotó al contrario, dando por victoriosas a Heejin y Hyunjin. Hyunjin sonrió hacia su hijo, dejando a Heejin terminar su comida. Al limpiarse con la servilleta, la mayor cogió los muñecos del príncipe y la princesa y les puso a besarse.

—Mami, ¿por qué se besan?

—Porque están enamorados, y no se van a separar más.— diciendo esto último, alzó su mirada hacia Heejin, quien le acarició la mano.— La princesa ha estado muchos años enamorada del príncipe, así que ahora le promete que nunca más se irá de su lado. ¿Qué te parece así la historia, hijo?

—¡Sí, me encanta!— se levantó dando saltitos, bajo la mirada de ambas.— ¿Podemos ir a casa de Heejin a vivir?

—Bueno, primero tendremos que preguntarle a ella, ¿no crees?— riendo, besó los nudillos de la mencionada.

—Pequeño, ven.— Beomgyu se sentó en su regazo, jugando con sus dedos.— Sabes que no es ninguna problema que vengas conmigo. Es más, te tengo una sorpresa para cuando estemos allí.

El pequeño castaño se apegó al pecho de Heejin, notando cómo sus pulsaciones subían y bajaban rápidamente. Con su índice, señaló el corazón de la tatuada, mirando a su madre sonrió.

—El corazón de Heejin va muy rápido, mami.— sonrió.

—Me late así, porque tengo mucho amor que dar.— inesperadamente, Heejin abrazó a Beomgyu, y Hyunjin se les unió al abrazo. En una pierna tenía al pequeño juguetón, en otra cargaba con Hyunjin, poniendo sus brazos alrededor de estos para que no cayeran.

El menor se fue acurrucando en el pecho de Heejin, mientras que ambas adultas se miraban con instesindad, haciendo que la serotonina saliera disparada.

—Te amo, mucho.— susurró Hyunjin en los labios contrarios, recibiendo un tierno beso de esta. Agarró su rostro, trayéndola hacia si misma.— Te amo, te amo, te amo.— y besó cada parte de su boca, sonriendo a lo grande mientras lágrimas descendían de sus orbes.

—Te amor, por siempre.— Heejin comenzó a tatarear una de sus canciones con Rioters, juntando frentes con su enamorada.— Te amo.

Sin darse cuenta, la puerta fue abierta por Jinsol, quien entró con su novia a casa. Se encontraron con esa romántica escena, muriéndose de amor al verlas. Jungeun guió a su prometida al cuarto para que descansara, viendo unos segundos más a sus amigas.

—Sí, definitivamente se han vuelto a encontrar...

stranger | 2jinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora