Decides aventurarte en la fiesta más importante y esperada de todo el año universitario, considerada como el «cielo en la tierra». Aquí tienes la oportunidad de conocer a nuevos compañeros, amigos e incluso un interés amoroso con el popular estudian...
Acá comienza la playlist que está en mi bio, muak.
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Después de unas cuantas canciones más al fin nuestro «chofer» pasó por nosotras, se trataba de Ningning y Jay.
Ya dentro del auto saludamos y nos pusimos en marcha en el hermoso coche del pelinegro. El auto de Jay consistía en un deportivo descapotable color negro con un equipo de sonido que podría envidiar a las bocinas de un concierto, las cuales soltaban la canción «Everyday» de Ariana Grande.
La noche era fría, se sentía diferente, el cielo se encontraba despejado e incluso el olor era diferente... Lo más seguro es que sea el olor del porro que Yunjin y Ningning estaban encendiendo...
—Jay, ve más rápido— dijo Yunjin mientras subía su cuerpo para sentir un poco del viento que entraba desde el descapotable.
Pude sentir como me daba un paro cardiaco ver cómo Yunjin se balanceaba y lo inestable que se encontraba debidos a los 2 o 4 jalones al porro improvisado de Ning más los shots que se tomó antes de salir, tuve que sostenerla de la cintura para evitar que se cayera del auto.
—Inténtalo tú también, yo te sostengo...— me dijo Yunjin.
Ni loca iba a dejar que Yunjin me sostuviera, por lo que simplemente levante un poco los brazos esperando a que eso complaciera a mi amiga, a pesar de mi acción nada temeraria pude sentir una corriente de adrenalina en mi cuerpo, el frío de la noche golpeando suavemente mi cabello y mis brazos. Ningning por su parte, sólo reía desde el asiento del copiloto copiando la acción de Yunjin. Jay simplemente nos miraba por el retrovisor, asegurando de que ambas estuviésemos bien.
Llegamos unos 20 minutos antes de la hora de apertura porque Jay y Yunjin era organizadores, por lo que debían de estar un poco antes para «verificar que todo estuviera bien».
Ahora nos encontrábamos en una enorme residencia —sin exagerar— era casi del tamaño del edificio de nuestros dormitorios, incluidos los espacios de recreación. No pude evitar quedarme como boba observando la magnitud de la residencia.
Al tan solo bajarnos del carro pude escuchar la música desde lejos, un pequeño punzón de ansiedad se hizo presente en mi pecho. Debo de dejar ir ese feo habito y a mi ansiedad social. Los cuatro pasamos por un gran portón que dividía el parqueo con el enorme jardín que ya se encontraba con unas cuantas personas, algunas bailaban, otras conversaban y otras se encontraban en la barra.
Mientras más nos acercábamos a la casa, pude notar una piscina, un área con muchas mesas de beer pong, chicas y chicos bailando en tubos, espuma por todos lados y si volteabas para el gran balcón de la casa podías ver el área de fumadores, que por una extraña razón sentía que alguien me observaba desde ese lugar. Esos shots de ron ya estaban haciendo efecto.
—Vamos adentro, allá están todos— le mencionó Jay a Yunjin que ni bien puso un pie dentro del jardín comenzó a saludar a media fiesta y asumió su papel de organizadora para comenzar a buscar algún error para arreglar. Yunjin se había esfumado. Jay básicamente le había a hablado a la nada.
