Heeseung te había guiado hasta el estacionamiento de la mano, el frío de la noche pegaba sobre tus piernas descubiertas mientras que el silencio comenzaba a apoderarse del ambiente, indicando la lejanía en la que se encontraban de los demás. Ambos llegaron a una hermosa camioneta Mercedes blanca.
Desde antes, observaste como el rubio jugaba nervioso con sus manos, tropezaba con las piedras en el jardín y como no encontraba las llaves de su auto. Estaba nervioso y se notaba, eso te daba un poco de tranquilidad, después de todo tú estabas igual.
Después de un tiempo buscando las llaves por todos los bolsillos presentes en su ropa, Hee logró abrir su auto, tomando asiento en el sillón del piloto e invitándote a sentarse de copiloto, no sabías el porque se habían sentado tan separados. Si querían besarse lo mejor sería irse a la parte de atrás...
—Entonces...— el ambiente se volvió algo incómodo, provocando una risa en ambos.
—Entonces...— el rubio imitó tu expresión, riendo en el proceso.
—Eres tan lindo— tu mente comenzó a dar un poco de vueltas, provocando que esas palabras salieran de su boca. Nunca eras cursi, ni mucho menos con un extraño.
Comenzaron a decir más tonterías para alivianar la tensión, estaban nerviosos y se rehusaban a dar el primer paso. Las sonrisas coquetas, roces intencionados y miradas se hacían presentes, aumentando la tensión entre ambos. Si seguían así no iban a llegar a ningún lado y ambos lo sabían.
—¿Ya me besaras?— preguntaste desesperadamente.
—Pensé que nunca lo dirías— el rubio se acomodó sobre el asiento, acercando su rostro al tuyo.
Acunó tu rostro con ambas manos uniendo sus labios, el beso comenzó de manera lenta, ambos estaban tanteando el terreno; conociéndose entre ustedes. Poco a poco comenzó a escalar, la distancia de sus cuerpos se sentía demasiada, necesitabas recorrer todo el cuerpo del contrario de manera libre.
—Espera— susurraste sobre los labios del chico de al lado.
—Mhm— los ojos de Hee no se despegaban de tus labios, los miraba como si fueran un sueño y el deseo que tanto anhelaba.
Con la confianza y poca dignidad que te quedaba, dirigiste tu mano entre las piernas de Hee, hasta alcanzar aquella palanca en medio del asiento. Jalaste con cuidado y empujaste el asiento del rubio hacia atrás, dejando un gran espacio entre el timón y el asiento.
—Oh— el joven reaccionó ante tu acción, sintiendo como sus mejillas comenzaban a adquirir un tono rojizo.
Antes de que el rubio volviera a decir alguna palabra, te subiste sin problemas sobre su regazo. Antes de unir sus labios, examinaste el rostro a oscuras de aquel chico, recorriste con tus uñas la nuca y oreja del rubio con delicadeza, solamente para observar como este se desequilibraba con cada caricia que le brindabas.
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heaven; heeseung
FanfictionDecides aventurarte en la fiesta más importante y esperada de todo el año universitario, considerada como el «cielo en la tierra». Aquí tienes la oportunidad de conocer a nuevos compañeros, amigos e incluso un interés amoroso con el popular estudian...