De "Y si" y máquinas del tiempo [BKDK]

Capitulo 5.

Katsuki es invitado a una de las estúpidas salidas de clase de Eijirou y se arrepiente de todo.

El resto de la semana transcurrió pacíficamente sin muchos incidentes, y antes de que Katsuki se diera cuenta, ya era sábado.

No es que odiara por completo ir a la escuela, pero era mentalmente agotador, y Katsuki estaba agradecido por la oportunidad de finalmente dormir. Salió a correr por la mañana y a hacer ejercicio una vez que se dignó dejar la cama, por su hábito; bueno, más como una carrera de casi mediodía, pero era lo mismo. ¿Quién quiere levantarse temprano un sábado y salir a congelar sus nueces en este clima frío, de todos modos? 'Deku, probablemente ', reflexionó, pensándolo bien, podía imaginarse perfectamente al idiota de cabello verde trotando por el vecindario antes de que el sol hubiera salido por completo.

Cuando regresó, Katsuki fue recibido gratamente con curry picante para el almuerzo, cortesía de su madre. Había olvidado lo mucho que extrañaba las comidas caseras de Mitsuki; Katsuki disfrutó mucho cocinar para sí mismo, pero no era lo mismo. Viviendo solo y con su apretada agenda, no siempre contaba con suficiente tiempo o energía para preparar una comida adecuada, y muchas veces tenía que recurrir a la comida comprada en la tienda o al instante; no era su primera opción, pero así era la vida, había aprendido a lidiar.

Katsuki comió hasta saciarse con no poca cantidad de gusto, agradeció a su madre y se retiró a su habitación para continuar haciendo lo suyo, que en su mayoría consistía en tomar turnos entre mirar su teléfono mientras estaba acostado en su cama y mirar fijamente a la pared, recordando.

Estaba bastante seguro a estas alturas de que el asunto del viaje en el tiempo había trastornado su cerebro, de alguna manera. De lo contrario, no sabía de qué otra manera explicar la avalancha aleatoria de sueños que lo asaltaban a diario, los abruptos flashbacks y las horas que pasaba entregándose a los recuerdos más aparentemente estúpidos. Era casi como si su cerebro hubiera sido sacudido y girado sobre su cabeza como un globo de nieve, las piezas revueltas de sus pensamientos cayeron como pequeños trozos de nieve falsa.

Al principio, lo había atribuido a la nostalgia, pero parecía demasiado excesivo para ser solo eso. Katsuki nunca había sido del tipo que se detenía demasiado en las cosas que no podía cambiar, prefería gastar su energía luchando contra los villanos en lugar de revolcarse en la autocompasión, y si ni siquiera eso era suficiente, salía y ahogaba sus penas en una botella, tan patético como sonaba, esa era la forma en que lo enfrentaba.

Los sueños eran lo peor. No todos eran malos, afortunadamente, pero aún así, no sabía lo que significaban y eso lo inquietó muchísimo.

Algunos de ellos contenían recuerdos, la mayoría de los cuales involucraban a Izuku de una forma u otra, pero no todos. A veces presentaban a Eijirou en su lugar, o a sus padres, u otras personas en su vida; a veces tenía más de un sueño en la misma noche.

Pero los más extraños eran los que no eran recuerdos, o no como tales. Tenían suficiente coherencia en ellos como para que pudieran serlo en otra vida, pero él sabía lo suficiente como para distinguirlos de los reales, los que eran claramente suyos.