CAPÍTULO 2

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Después de tragarme toda una bronca de parte de Kath y cargar todas las cosas en el coche de Bruno por fin nos fuimos hacia la playa, no había muchos kilometros desde Lancaster (mi pueblo),yo iba sentada delante y Kath atrás con el equipo, conocía a Bruno desde que era un pequeño prototipo de humanoide, siempre venia conmigo a todas partes porque decía que le gustaban mis ojos y yo iba con el por el mismo modo, sus padres son Italianos y como yo ama el Surf, tenía dos años mas que yo y sin embargo era mas infantil que Kath y yo juntas, siempre llevaba algo de Disney y cuando digo siempre es siempre, hoy lleva su mochila de Stich por ejemplo, pero aun con todo era como un hermano para mi, siempre esta en las malas y en las peores y yo como chica que se guía por actos de lealtad no podría encontrar amigo mejor que Bruno.

-¿Me estas escuchando Ana?- Gruño Bruno mientras me pegaba un codazo que luego se volverá moratón.

Ah por cierto "AVECES" es un poco animal

-Te llevo escuchando todo el camino.

- Y entonces ¿Que haces en el coche si hace cinco minutos que he dicho que hemos llegado?- M-I-E-R-D-A.

-Ya lo sabía solo te quería hacer rabiar ya sabes lo típico.- En cuanto baje del coche vi aquella playa totalmente desierta con las olas perfectas para una buena mañana.

Esta playa me recuerda tanto a mi madre, siempre solía traernos a papa y a mi a playas totalmente desconocidas hasta entonces.

-¡Vamos Ana, como tardes como esta mañana me da a mi que ni ves el mar!- Gritó Kath ya dentro del mar y con su tabla en las manos.

-¡VOOOY!

Nada mas que mi cuerpo noto el agua me teletransporto a otro sitio, como a otro planeta, sin preocupaciones, sin que mañana terminara el verano y comience el infierno llamado Universidad de California,para estudiar psicología, sin tener que empezar de 0 con gente nueva, sin tener que ir dentro de tres meses a San Francisco a ver a mi padre y un mes después a la ceremonia en recuerdo de mi madre, definitivamente sin nada.

- ¡Eh NIÑATA TEN CUIDADO QUE ME RALLAS LA LANCHA!- Oí una voz ronca en mi oreja y al mirar hacia arriba vi a un ojiverde queriendo matarme.


A Finales del PrincipioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora