Regulus estaba convencido de que toda la inteligencia de su familia era algo puramente comprado, completamente artificial y fabricado con los cientos de galeones que se donaban constantemente al Ministerio de Magia. Debía ser eso, porque nada podía explicar el trabajo de su prima Bellatrix en el Ministerio y las notas de Narcissa, que estaba demasiado pendiente de su prometido no notara las miradas que lanzaba a una de sus compañeras de curso. Pero Regulus si las notaba desde su asiento, miraba a su prima, sentada siempre al lado de Lucius Malfoy evitando mirar a la chica sangre sucia que se sentaba justo en su diagonal con Greengrass siempre a su lado.
Regulus sabía que también debían de comprar las notas de Sirius, sentado allí en la mesa de Gryffindor con su grupo de amigos. Siempre tan pegado a ese Potter, tanto que parecían hermanos. Verlos juntos hacia que Regulus sintiera ganas de vomitar. Ellos habían sido así, ellos eran hermanos y desde que Sirius había encontrado a ese estupido Potter, Regulus había pasado a un segundo plano.
Los veía día a día, hicieran lo que hicieran, siempre juntos como lo habían estado ellos antes de Hogwarts. Regulus odiaba el colegio con todo su ser y lo había odiado aún más cuando vio lo que le había hecho a Sirius.
La inteligencia de Sirius no podía ser otra cosa que artificial, algo que hubieran hecho con una poción o algún tipo de hechizo. Si tuviera algo no le hubiera cambiado por un estúpido traidor a la sangre como lo era Potter. No lo hubiera hecho porque sabría lo que le esperaba al llegar a casa, sabría lo que padre le haría por simpatizar con sangres sucia como Evans y traidores a la sangre como Potter o Lightbourne.
Seguro que Sirius copiaba al mestizo de Lupin en los exámenes para poder aprobar, igual que hacía Pettigrew. Con amistades como esa era imposible que su hermano tuviera un mínimo de inteligencia, Regulus estaba seguro de ello porque durante la última broma que habían hecho Durant sacó la excusa más estúpida del mundo que acabó con todos ellos castigados, incluido Crowan, que tenía una excusa completamente creíble sobre cómo había estado con Slughorn preguntando dudas.
Y Regulus sabe que él no es inteligente, lo sabe porque si lo fuera no se fijaría tanto en Sirius y sus amigos. Si fuera inteligente no necesitaría estudiar tanto como tiene que hacerlo, año tras año, nunca siendo capaz de alcanzar las notas de Sirius, esas que cuando llega a casa en la vacaciones de verano cuelga orgulloso con un hechizo en las escaleras mientras que el arruga las suyas a pesar de que no sirva de nada. Sacar un supera las expectativas no es algo que se espere de un Black.
Regulus sabe que Sirius ha hecho alguna clase de trampa porque la familia Black no puede estar pagando para que la segunda oveja negra de la familia tenga buenas notas. Aunque tampoco pueden arriesgarse de que no tenga unas buenas notas en los TIMOS que lleva a casa ese mismo año. Mancharían el nombre de la familia y eso es algo que los Black nunca van a permitir.
Si Regulus fuera listo no hubiera convertido la habitación secreta del ático en su refugio seguro cuando tenía nueve años y Sirius se fue a Hogwarts. Se lo enseñó cuando volvió, le enseñó que allí Orion y Walburga no podían subir porque no conocían la ingeniosa forma que los anteriores Black habían ocultado la sala bajo un par de cuadros mal puestos y un tablón que no encajaba del todo en el suelo.
Regulus lo había arreglado durante las madrugadas que subía hasta el ático y, cuando Sirius volvió a casa después de su primer año en Hogwarts y recibió el primer castigo, le enseñó la habitación. No era demasiado grande ya que se encontraba entre el ático y la última planta habitable de la casa así que no podían estar de pie en el espacio, pero era lo suficiente como para estar allí de rodillas, preparar un colchón al final de la habitación, justo donde había una pequeña ventana que daba al exterior y que, si se pudiera ver la casa, todo el mundo pensaría que solo era una pequeña rejilla de ventilación.
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[1] As de picas - Regulus Black
FanfictionPertenecer a una de las veintiocho familias británicas de sangre pura te garantiza ciertas riquezas y cierto nivel social que solo tienes que mantener de una forma: siendo leal a la causa. Regulus Black es fiel, es mucho más que fiel, a diferencia d...