Capítulo 15

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No es un buen viaje en tren. Es el último viaje en tren y los que dicen ser sus amigos no dejan de decir todo lo que se les pasa por la cabeza cada vez que un alumno pasa por la puerta del compartimento. Si es un sangre sucia se aseguran de detallar con exactitud como le torturarían y luego le matarían. Si es una chica... si es una chica matarla sería menos humillante que todo lo que han llegado a decir de ellas.

—¿Qué haríais con Selwyn? —es Barty quien lo pregunta cuando ven como pasa por delante del compartimiento con uno de los alumnos de primero, que parece que no quiere separarse de ella.

—Qué no le haría a Selwyn quieres decir —que todos griten como simios ante las palabras de Yaxley, que se levanta de su asiento para mirar fuera del compartimento—. ¡Tienes buen culo, Selwyn!

Delilah es mucho mejor que ellos, así que no oyen ninguna respuesta, pero por como Yaxley se ríe sabe que ha hecho algo. Quizá le ha sacado el dedo corazón. Quizá, si no hubiera estado con el alumno de primero, le hubiera hechizado. Aunque Yaxley se merece mucho más.

—Seguro que la muy zorra es de las que gime cuando...

—¿No os han enseñado que es el decoro? —le interrumpe antes de que termine la frase. No puede estar allí, con esa panda de simios.

—¿Qué te pasa, Regulus, todavía no has follado?

—No es de tu incumbencia, Yaxley.

Todos se ríen, sobre todo cuando se levanta de su asiento y sale al pasillo. Puede oír como se empiezan a reír y es tan ridículo que se comporten así. Pueden acosar, torturar y matar gente, pero siguen teniendo como mucho dieciocho años, así que siguen comportándose como los idiotas que son.

Necesita despejarse o acabará lanzando maldiciones imperdonables a ese compartimento y no lo va a sentir, ni siquiera un poco. Quizá le premian y todo por acabar con la basura y puede tener una idea más clara de lo que sea que hizo el Señor Tenebroso con Kreacher.

La idea le resulta bastante atractiva mientras que va hacia los baños del tren, pensando en que maldiciones utilizaría para cada uno de ellos. Tendría que dejarlos a todos inconscientes a la vez, pero podría ir despertándolos para acabar con ellos uno a uno. Haría un favor a la comunidad mágica si se librara de ellos, no entiende como ha tardado tanto en verlo.

Supone que tiene suerte cuando llega al baño porque nadie lo ocupa, así que entra sin molestarse en cerrar la puerta porque lo único que necesita es echarse un poco de agua en la cara y seguir dando un paseo por el tren. Quizá le compra algún dulce a la señora del carrito y todo, hoy se siente atrevido.

O no porque ahora sí que necesita cerrar la puerta del baño, se está viendo en el reflejo y se ve, tal y como le deben de ver los demás, aterrorizado. Su yo del espejo y su yo real son uno y ya no hay forma de ocultarle, de protegerle. Tiene sueños, tiene esperanzas; aunque sepa que no le llevan a ningún lado. Así que deja de mirarse para cerrar la puerta del baño y quedarse allí encerrado un rato, pero un pie se lo impide.

Supone que es alguno de los idiotas del compartimento, probablemente Barty. Ya ha perdido todas las esperanzas de poderle sacar de allí, no quiere salir de los mortífagos, está convencido de que la causa es buena, es justa y quiere luchar por ella. Ni siquiera las menciones de Regulus sobre su prima consiguen ya que Barty se piense las cosas dos veces.

—No quiero hablar contigo ahora mismo, Barty, déjame en paz —intenta cerrar la puerta de nuevo y le da en el zapato.

—Menos mal que no soy Barty.

Deja de sujetar la puerta porque no se espera a Del al otro lado. La chica abre y entra rápidamente dentro del pequeño cuarto de baño antes de asegurarse de cerrar con el cerrojo.

[1] As de picas - Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora