[1] As de picas - Regulus Black

Capítulo 14

La cuenta atrás para la graduación empieza en los pasillos del colegio. Es un gran momento para todos los estudiantes de séptimo, ya han acabado los exámenes y pueden pasear por última vez por los jardines del castillo sin tener que preocuparse de deberes, clases y exámenes. Las restricciones con los alumnos de séptimo y la hora de estar en la sala común se relaja y muchos de ellos pasan las últimas noches en los terrenos del castillo, festejando su graduación.

Este año no es menos, tienen mucho que festejar ahora que todavía están a salvo en Hogwarts, una vez salgan de allí muchos de ellos no van a saber si van a vivir un día más. Algunos de los alumnos volverán a casa en un último viaje en el Expreso a Hogwarts, otros lo harán por la red flu, algunos por trasladores y, los más mayores, podrán aparecerse en cuanto pongan un pie fuera de los terrenos de Hogwarts.

Regulus sabe que vuelve en el tren, como se espera de él. También se espera que no salga por las noches a festejar el fin de las clases, como también que tiene que hacer algo realmente cruel a alguno de los alumnos de primero, algo que debería mandarlo a San Mungo. Travers, Gibbon y Barty ya lo han hecho y uno de ellos no sabían si iban a despertar. Por suerte para Barty nadie sabía que había sido él excepto sus amigos, y ellos no iban a delatarle por un sangre sucia de primer curso al que nadie va a echar de menos.

Quizá debería hacerlo, podría sacar a Barty antes de que esté condenado del todo. Regulus se lo piensa mientras va hacia la torre de Astronomía. Él no va a bajar a los terrenos, prefiere observar a todo el mundo desde arriba, donde no pueden hacerle nada. No, no tiene que salvar a Barty, él quiere esto, que Regulus no lo quiera no significa que los demás tengan que pensar igual.

Los gritos desde los jardines llegan perfectamente hasta la torre de Astronomía y Regulus se pregunta cómo pueden dormir los demás alumnos del colegio. La respuesta tampoco es muy complicada, no lo están haciendo, la única diferencia es que ellos están en las salas comunes y los de séptimo fuera, disfrutando del agradable tiempo de la noche de junio en Escocia.

Les envidia. Les envidia tanto como envidia a Sirius y por eso cada vez que alguien menciona a su hermano Regulus se cierra y vuelve a no cambiar, vuelve a seguir a su familia. Estando solo en la alturas puede permitirse admitirlo, no necesita seguir mintiéndose.

Quiere estar allí abajo, con sus compañeros de clase, bebiendo whisky de fuego y hablando delante de la hoguera que han preparado. Algunos bailan y Regulus quiere pensar que quizá también se animaría a bailar si pudiera ser como todos ellos. Quiere estar preocupado por si sus notas para los ÉXTASIS van a ser suficiente para lo que quiere hacer o no. Quiere poder coger a la chica que le gusta de la mano y estar hablando con ella.

Es la primera vez que lo admite todo, sin el espejo delante, sin su mecanismo de defensa. Quiere cosas y los mortífagos no pueden darle lo que quiere, pero Andrómeda sí. Se lo ha dicho, que si quiere le puede proteger, que si escapa estará bien con él, que a Dora le gustará tenerle en la casa y...

No puede hacer eso, no puede convertirse en un traidor e ir a esconderse a la casa de su prima, donde hay una niña que ha cumplido cinco años hace unos meses. No le puede hacer eso cuando su marido es un sangre sucia, lo que más odian los mortífagos. No puede condenarles a que les encuentren y les maten todo porque Regulus ha querido huir.

No, no puede huir, puede querer todas esas cosas, pero no puede huir si es para esconderse con Andrómeda.

¿Y Sirius? ¿Le aceptará si va con él? ¿Le aceptará si es un cobarde que solo huye en lugar de enfrentarse al problema? Quiere pensar que sí, pero... ¿y si no lo hace? ¿Y si necesita algún tipo de prueba? No, Sirius no es así, no le haría eso.

—Kreacher —llama al elfo, porque es lo único que tiene en esos momentos cerca. Necesita saber dónde está Sirius, qué está haciendo, si le aceptaría.