Capítulo 13

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¿Me estás jodiendo? ¿En serio nos va a arrestar? No lo puedo creer.

Estoy sentada en una diminuta cama dentro de una celda. Ace yace inconciente. Apoyo la cabeza en las manos. Seguro que Angelo tenía todo planeado.

Ha enviado a un grupo de mafiosos para que nos ataque en la villa y luego ha hecho que la policía nos detenga todos. No puedo parar de pensar en el momento en el que Matteo nos ha detenido.

Ni siquiera me ha mirado.

-Uff... -escucho que Ace gime y me saca de mis pensamientos, me acerco a él.

-¡Ace, estás bien!

Hace una mueca de dolor y se ríe débilmente.

-Bueno, bien es exagerar un poco, pero voy tirando.

Con una mano se presiona el pecho. Me doy cuenta de que la sangre le ha empapado la camisa.

Le han hecho un rápido trabajo de primeros auxilios antes de meterlo en la celda, pero necesita más atención. Al menos han dejado algunas vendas y material médico.

Trago saliva. Tengo un nudo en la garganta. Ace ha acabado herido intentando protegerme.

-Necesito que te sientes para revisar tu herida, nos han dejado algunas vendas.

-Vaya, servicio cinco estrellas.

El se incorpora y se sube un poco la camisa algo incómodo. Le quitas las vendas y están llenas de sangre, les pongo las nuevas y le aplico un torniquete para que deje un poco de sangrar. Sisea de solor un par de veces, lo que me hace estremecer, pero al final termino.

-De acuerdo, esto bastará por ahora. Muchas gracias.

-No hay de qué, has recibido ese disparo por protegerme.

-Aria, nunca me ha importado mucho hacerme un nombre.-dice mientras se ajusta la camisa. -Soy un hijo segundón, sin mucho poder en mi propia familia. También soy el segundo de August. Siempre caminando a su sombra. Tiene el tipo de carisma que yo nunca podría manejar.

-No sé, yo creo que encandilas a la gente bastante bien. -le digo y él se rie.

-Quizá a las damas, pero ese encanto no funciona en los tratos de August. Pero nunca me ha importado. Me contentaba con estar en un segundo plano, con que me llamara cuando me necesitara fuerza. Por lo demás me dejaba vivir mi vida. Tú me das ganas de hacer las cosas de otra manera.

-¿Yo?

-Sí.

Se endereza y me mira a los ojos.

-Quiero ser alguien en quien puedas confiar. Quizá incluso fundar mi propia familia algún día.

-¿Quieres decir... una familia mafiosa?

-Así es.

Ace como capo de la mafia.

-Cada vez veo a más tipos como Angelo rompiendo con las viejas tradiciones. Quiero volver a los días en que teníamos honor y en que los hombres sabían tratar bien a una dama.

-Haces que suene muy romántico.

-Quizá sea un idealista. Me gustaría volver a esas raíces contigo. Más que eso, quiero labrar un futuro en el que puedas ser feliz.

Contengo la respiración. Ha llegado tan lejos por mí... ¿Eso significa que Ace tiene sentimientos por mí?

-Vaya, vaya... -dice alguien.

Se me corta la respiración y me giro para mirar a Angelo, que nos observa con expresión fría a través de los barrotes de nuestra celda.

-Así que el perrito faldero de August y su prometida están entre rejas. -dice. -Es una pena, muchacha. No te habría hecho daño si te hubieras apartado de nuestro camino. Pero tenías que meterte, ¿no? Pagarás por entrometerte y por hacerle daño a mi hija.

Casándome con la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora