PARTE III - Capítulo 1: Costa

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-Que hermosa historia de amor madre, no conocía a tus hijos Filomelo y Pluto - dije queriendo que Demeter me contara otra historia
-Asi es, un romance que nunca olvidaré. ¿Quieres escuchar otra historia amado hijo?
-Me encantaría, por qué no me cuentas la historia de cómo tuviste al poderoso caballo Arion, el de crines negras
-Aunque no lo creas - respondió Demeter - Arion es muy importante, pues es el que tira del carro de mi hijo adoptivo Triptolemo y le permite enseñar los dotes de la agricultura.
La historia inicia una mañana, fue en ese tiempo en que estaba buscando a mi amada Kore vagando por toda la tierra.
Era una mañana soleada mientras buscaba en las costas en una isla griega, la pena me invadía por la perdida de mi hija, sin embargo recuerdo el paisaje de ese día. La arena era casi blanca, las olas la humedecían con la espuma que salía de ellas, al fondo un gran árbol donde reposaban una manada de caballos.
Seguía buscando a mi hija por la orilla, algo dentro de mi me decía que algo malo iba a pasar.
Recuerdo el sonido de gaviotas posadas sobre piedras que había en la orilla, Eolo soplaba y la marea sonaba dulcemente y aunque el ambiente era muy único, dentro de mi había una tristeza y una preocupación por mi Persefone.
Aunque mi mente estaba distraída buscandola, algo desde mi corazón me decía que no debía estar en esa playa.
-¿Entre esos caballos estaba Arion Deméter?- pregunté con curiosidad
-No, Arion aparecerá más adelante - respondió Demeter.
Habían como 5 o 6 caballos, los caballos habían sido un regalo de mi hermano Poseidon a los Atenienses, por lo que siempre se le relacionó con los caballos.
Mientras caminaba por la playa buscando a mi hija gritando su nombre a ver si la encontraba en esa isla desierta en medio del mar Mediterráneo, sentí la presencia de alguien, en un principio no sabía quién era, llegue a pensar que era Persefone y la busqué gritando más fuerte. El sonido de la marea empezó a sonar más fuerte, las olas eran cada vez más grandes y una nube tapó el sol, el mar parecía haber despertado y la tierra se movió de manera abrupta, supe que no era Persefone - noté cómo la cara de Demeter cambió, parecía más triste

Mi Historia: DemeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora