Capítulo 2: Eresictón

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Entonces me dirigí rápidamente a la arboleda a las afueras de la ciudad, cuando llego me doy cuenta que es un príncipe avaro y egoísta que vino de muy lejos sólo a tomar la madera de mi bosque, era el príncipe Eresictón, quería construir con mi madera un gran palacio sólo para él sin respetar los designios de los dioses.

-Me sentí realmente ofendida - dijo Demeter con furia en su mirada - cómo se creía capaz de interrumpir en mi bosque sagrado, sin embargo, siempre intento las cosas por las buenas a la primera.

Asi que tomé forma de una ansiaba y le advertí
"Este es el bosque sagrado de Demeter, si tomas su madera se endurecerá y lo pagarás muy caro"

El príncipe respondió de una manera muy grosera y descortés, no le importaba y no hizo caso a mi advertencia. Apenas cortó el primer árbol tomé mi forma divina (una forma que ningún Dios ha tomado enfrente de humanos por el gran poder que tiene) y con mi forma divina él se veía tan pequeño a mi lado, se arrepintió de sus actos pero ya era muy tarde.

Al momento de que tomé mi forma divina todo se oscureció y en mis ojos se vieron la furia que sentía, nunca hagas enojar a un Dios, me enoje tanto que de mi salía un aura resplandeciente y mi extenso vestido verde claro se tornó de un tono mucho más oscuro, Eresictón sabía lo que le venía y sentía su miedo, me dió placer sentir y ver cómo sus piernas temblaban y sus leñadores que lo acompañaban también sentían tanto miedo.

Mi Historia: DemeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora