Capítulo 1: Cuatro reglas a seguir

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Preparando su maleta para el nuevo viaje, Chile estaba nervioso, molesto y a la vez intrigado por la idea de estar un mes en la casa que alguna vez la considero su hogar, sentía que quizás no era buena idea ir pero el trato ya estaba hecho y la ONU no lo dejaría echarse para atrás tan fácilmente como le gustaría, conociendo lo insistente que puede llegar a ser la organización estaba seguro de que lo iría a buscar a sus tierras para llevarlo a la fuerza. Así que queriendo olvidar todos esos pensamientos que lo estresaban, espero sentado en la cama del hotel por la llamada de Alemania que se suponía le avisaría cuando debe ir a tomar el taxi directo al aeropuerto, no duro mucho la espera ya que solo duro una hora acostado en la cómoda cama hasta que su celular sonara.

-uuugh hora de irse- tomo la maleta y se fue del departamento a tomar el taxi, según el alemán este ya lo estaba esperando junto con ONU.

Mientras el taxista lo llevaba al aeropuerto aprovecharía el tiempo para dejar el aviso de que no regresaría a sus tierras por un tiempo, saco su celular y busco el número que lo tenía marcado en "favoritos", aunque ella ya se había independizado desde 1993 para él seguía siendo su pequeña princesa. Esperaba que no se enojara cuando le diera la noticia, incluso estaba intranquilo de pensar que le gritaría, no quería que su adorable niña le reprochara cosas que se habían prometido hace años y que ambos se han obligado a cumplir. 

-¡Hola papa!-la voz de la joven sonaba alegre ¿y como no lo podría estarlo? si estaba hablando con su querido padre, ya estaba acostumbrada a recibir llamadas diarias.

-hola mi hermosa princesa ¿Cómo estás?- una sonrisa hizo brillar el rostro de Chile, escuchar la voz de su bebe le hacía olvidar toda preocupación.

-estoy muy bien papito ¿Cómo te fue en la reunión de la ONU? Jeje espero que no te hayas peleado con nadie esta vez- se sentó en el sillón de la terraza mientras dejaba su taza de té en la mesa de centro, había un lindo día para pasar el tiempo en el jardín.

-me fue bien jeje esta vez ONU no me saco los choros del canasto- guardo silencio por un momento, dándose tiempo para pensar bien las cosas- emm... tesoro, te quería avisar que no estaré en mis tierras hasta fin de mes ¿ok? tengo unos negocios que realizar con las potencias.

-entonces no podré ir a visitarte este mes-hizo un puchero al escuchar la noticia- ¿y que negocios vas hacer? Es extraño que hagas un viaje así de largo, tu presidente no suele permitir tanto tiempo.

-e-es que USA hablo con él, ya sabes cómo es el gringo jejeje cuando quiere algo lo obtiene- se rasco la nuca buscando la mejor excusa creíble para su hija- lo siento por no haberte avisado antes.

-tranqui papa no estoy enojada, cuídate mucho ¿sí? no quiero que tengas problemas con las potencias.

-si mi pequeñita seré cuidadoso- noto como el taxista le indicaba con la mano que ya estaban por llegar al aeropuerto- bebe debo colgar, el avión no me esperara si me atraso... te llamare en unos días.

-está bien papi, te quiero mucho- miro la hora en su reloj, una pequeña siesta no vendría mal antes de volver a trabajar en el papeleo.

-yo también te quiero mi tesorito... chao- corto la llamada desanimado, sentía que no debió haberle mentido pero no tuvo el valor para decirle que regresaría a las tierras alemanas, la preocupación de pensar en imaginarse su reacción no lo dejo- *sigh*... lo siento hija.

Luego de pagarle al taxista e ir adentro delaeropuerto, busco a Alemania quien se suponía debería estar esperándolo juntocon ONU para tomar sus respectivos vuelos, la organización estaba calmadarevisando su agenda en el celular para programar las siguientes reunionesmientras que el europeo se notaba algo tenso, sería la primera vez que pasaríatanto tiempo fuera de casa desde la Guerra Fría, usualmente solo viajaba portres días o una semana por el trabajo y las reuniones. En su mano tenía un papel que para él resultaba ser de mucha importancia y esperaba que el chileno lo aceptara sin ningún problema, también en su bolso llevaba chocolate para dárselo apenas se juntaran, según ONU era la mejor forma para calmar el enojo del latino.

Sr. WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora