Capítulo 3: Visitante nocturno

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Estaba paralizado por lo que acababa de escuchar, quizás era el miedo lo que le estaba causando alucinar cosas pero si no fuera así, podría jurar que reconoció ese tono de voz grave que le traía en el pasado una calma a su corazón pero que ahora le daba un temor enorme, cerró los ojos rogando de que solo se tratara de una ilusión creada por el pánico. No era el tiempo para imaginarse cosas, lo único que debía hacer en ese momento era permanecer escondido debajo de la cama tapándose la boca en caso de que quisiera gritar hasta que la policía llegara.

-... Ich weiß, dass du da bist- podía escuchar como intentaba girar el pomo forzando un poco el seguro (... sé que estás ahí)

Deseaba que ese tipo se callara de una buena vez, pero este siguió diciendo lo mismo como si fuera una grabación automática, llego a tal punto en que el chileno no pudo aguantar más y se armó de valor para salir de su escondite junto con el celular sostenido en su mano para marcar de nuevo a la policía si era necesario. Una parte de él quería ver la cara del demente que se atrevió a entrar a la casa de la mismísima representación y potencia mundial del país, la pena que le caería lo terminaría condenando a pasar el resto de su vida en prisión pero que tal parecía no le importaba en realidad a ese tipo.

- Hab keine Angst, Rotkäppchen... Ich bin der "Herr Wolf", der mit dir spielen will ejejejej-volvió a forcejar la puerta mientras se reía de las cosas que decía, parecía que le gustaba aterrar a quien estuviese en las casas que visitaba (no tengas miedo caperucita roja... soy el "señor lobo" que quiere jugar contigo ejejej)

-... ¿señor... lobo?-susurro impávido en medio de la habitación, no podía creerlo, era demasiada la coincidencia para que fuera real. 

Lentamente su cuerpo se movió involuntariamente hacia la puerta, Chile había dejado de pestañear ya que solo se concentraba en seguir escuchando al hombre que reía levemente desde el otro lado, respirando nervioso al estar unos pasos cerca de tocar la madera fue incapaz de comprender porque lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Continuo caminando hasta tener, por decirlo así, en frente al desconocido pudiendo escuchar con más claridad esa profunda voz que al principio le dio miedo... ahora era intriga.

- Ich werde langsam ungeduldig Alemania, soll ich einbrechen?- uso un tono más grave con el objetivo de aterrar (me estoy empezando a impacientar Alemania, ¿Quieres que entre a la fuerza?)

-...- apoyo sus manos en la madera y se apegó un poco a esta para que la persona del otro lado lo pudiera escuchar- ... ¿W-Weimar?

Por unos segundos reino el silencio dejando al chileno contrariado al no recibir respuesta, tal parecía que todo resulto ser algo creado por su imaginación... y se hubiera quedado con esa conclusión si no fuera por el fuerte golpe que recibió la puerta no dándole tiempo a reaccionar cayendo de espaldas al suelo, y no termino ahí, los golpes se intensificaron a tal punto en que la madera se empezó desgajar.

-¡Mierda!- grito mientras se ponía de pie con algo de dificultad por que las piernas no se movieron en un principio, tuvo que actuar de prisa porque la puerta no soportaría por mucho tiempo. 

Antes de correr a la ventana ya que era su única salida busco su celular que había terminado en el suelo debido a la caída, recordó que estaba en el segundo piso pero con la adrenalina recorriendo por todo su cuerpo no le dio importancia tener que caminar por el tejado hasta dar con alguna rama de los tantos árboles que tenía el jardín.

-¡Corre ctm!... ¡corre!- se gritó a sí mismo para obligar a su cuerpo a no detenerse, olvido el dolor de las heridas provocadas por el escape brusco, lo que importaba ahora era alejarse de la casa antes de que quien sea que estaba adentro viniese a por él.

Sr. WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora