56.La distancia entre cafés y corazones.

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Querida Barcelona:

Hoy siento la necesidad de compartir contigo los tormentos que han invadido mi corazón durante estos días de vértigo. Es como si mi alma estuviera sumida en una densa niebla, incapaz de encontrar la claridad que tanto anhela. Me siento como un barco a la deriva en medio del océano, sin rumbo fijo, dejando que las olas me arrastren hacia donde deseen.

El café, símbolo de mi pasión y sueños, se ha entrelazado con mis emociones, convirtiéndose en un refugio que a veces me abraza y otras veces me consume. Como los granos de café que son molidos y transformados en la más exquisita bebida, así siento que mi vida ha pasado por cambios radicales, llevándome a lugares desconocidos.

En el mundo de los negocios, he navegado por mares inciertos, sorteando obstáculos y enfrentando vientos huracanados que amenazaban con desvanecer mis ilusiones. Los contratos y reuniones se convirtieron en una carrera constante contra el tiempo, sin permitirme saborear el dulce aroma del éxito que tanto anhelo.

En medio de esta vorágine, mi corazón ha quedado dividido, como un rompecabezas cuyas piezas no encajan. Por un lado, siento el ardor del compromiso que mi querido Pablo me obsequió con aquel anillo de promesa, una promesa de amor eterno que me conmueve y me hace sentir dichosa. Pero, por otro lado, me veo sumergida en la marea del trabajo y los negocios, como una marea que me aleja de él y amenaza con separarnos.

Es doloroso ver cómo mi refugio se ha convertido en un mar de incertidumbre y cómo mi sueño de emprender una cafetería, que tanto anhelo, se ha mezclado con la ansiedad de perder a quien amo. Es como si mis sentimientos se debatieran en una lucha interna, como si mi mente y mi corazón se resistieran a llegar a un acuerdo.

Pablo, ese dulce y apasionado futbolista, ha sido mi baluarte en medio de la tormenta, pero también se ha convertido en la tormenta misma. Sus palabras han sido como olas que me envuelven, sacudiendo mi corazón y desatando lágrimas que han regado mis sueños.

Anhelo volver a ser la Jude que disfrutaba de cocinar junto a él, de perderme en sus ojos y de sentir el latir de su corazón junto al mío. Deseo que nuestras almas vuelvan a bailar en sincronía, como dos tazas de café que se entrelazan y se complementan.

Querida Barcelona, necesito encontrar el equilibrio en este océano de emociones, aferrarme a la brújula de mi corazón y encontrar el camino que nos lleve de regreso a la calma y la felicidad. Como los granos de café que se cultivan con esmero, quiero cultivar nuestro amor con dedicación y paciencia, permitiendo que crezca y florezca como un jardín de promesas.

Así que, mientras escribo estas líneas, me prometo a mí misma ser valiente y enfrentar la tempestad, sabiendo que el amor es la vela que guiará mi barco hacia la tierra firme. Con el aroma del café impregnando mis días, sé que encontraré la fuerza para desenredar mis emociones y tejer un futuro lleno de amor y sueños compartidos.

Gracias por escucharme, querida Barcelona, eres mi confidente fiel y mi refugio en medio de la tormenta.

Con un dolor en el corazón se despide:

Jude W.

Jude W

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Querida Barcelona | Pablo TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora