Mi barco, mi puerto, mi naufragio - FINAL

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Un beso, un beso de esos que se beben el alma, de esos que dicen "sí" sin saberlo, de esos que rompen y destruyen barreras, tiran muros y revelan el tesoro que habita en el otro. De esos que desarman el cuerpo y se revela ante el único que ha podido entrar, tu pasado, tu historia, quién eres y quién estás dispuesto a ser...

Los brazos del más pequeño rodeando su cuello y acariciando su nuca, y él reconociendo por primera vez la dulzura del cuerpo ajeno.

Un recorrido que les permitió conocer en verdad, lo que del otro estaban tomando y entregando.

Después del abrazo en su encuentro fortuito, las rosas blancas fueron puestas en la urna de la persona más querida por Dan, y la persona que había hecho que Jae conociera lo que no estaba dispuesto a experimentar... la vida.

Para cuando salieron del lugar, en silencio todavía y sin palabras, Jaekyung señaló el auto, le traducción era muy obvia, Dan simplemente subió y espero hasta llegar al apartamento en donde antes tenían una vida juntos... o algo parecido a eso.

El plan era hablar, los dos habían ido con esa intención, el último día que habían estado en la misma habitación había sido un ambiente cargado de duelo, vacío y dolor. Las palabras que se hayan dicho ni siquiera las recordaban, sólo sabían que habían hecho del otro su punto de descarga y eso... con el tiempo... los había herido profundamente.

Pero al abrir la puerta principal del lugar, y verse por segunda vez a los ojos, sus mentes, corazones y cuerpos les dijeron que eso no era necesario.

Y a pesar de todo no se arrepentían de haber hablado lo que habían vivido, sólo pensaban que podían haberlo hecho diferente, y tenían que perderse el uno al otro para entenderlo... que tontos.

En medio de las revelaciones veladas, los besos y las caricias, con la cabeza escondida en el cuello de Dan, Jaekyung diría lo que sería el comienzo de la vida que harían ahora, una vida que fuera real y compartida.

-No sé amar...

ni que me amen de vuelta.

A cambio, mientras escuchaba lo que Jaekyung tenía que decirle, Dan hundía los dedos en su cabello acariciándolo.

-Pero quiero aprender a hacerlo...

Así que no me dejes solo.

Un beso en su cabeza fue lo recibió del fisioterapeuta.

Y después de un minuto, el otro respondió; No sé vivir

Esa respuesta hirió a Jaekyung tanto como haberse lastimado así mismo. Y su tensión fue tan marcada, que Dan se apresuró a contestar.

-Pero quiero aprender a hacerlo...

Junto a ti.

"Desde antes de que se fuera mi abuela, sentía que no podría sin ella. Verla irse... lentamente todos los días... era como si fuese entregando pequeñas partes de ella a todos los que la visitamos en esa camilla, pequeñas partes que se incrustaron en mí, y sentía una carga todo el tiempo, pero cuando usted... bueno... me ofreciste tu compañía, creía que la carga se había vuelto compartida, pero no. Contigo a mi lado en esos días, fue como aceptar que la carga no existía, que tal vez y sólo tal vez sí podía. Y cuando falleció, me sentí tan culpable de rehacer mi vida, que hui... hui de ti, de lo que me estabas haciendo sentir, hiciste que te mirara, que viera lo que en realidad me dabas, las ganas que querías despertar de enfrentarme a las situaciones de la vida haciendo que me enfrentara a ti, los cuidados hacia mi salud, las ganas de vivir, para mi y sólo por mi... no había visitado la urna de la abuela en todo este tiempo... cuando llegué me informaron de los otros ramos secos y guardados... así que fuiste tú el que los estuvo llevando... gracias.

-Lo... Lo siento Jaekyung. Estoy roto, y no sé cómo repararte, ni cómo enseñarte, pero sí sé que puedo amarnos, cuando no sepas o cuando no entiendas cómo hacerlo.

-También yo. Lo lamento, Estoy roto, y no sé cómo es sentir ni cómo se llaman los sentimientos, pero sí sé que puedo vivir por los dos, cuando sientas que a veces no puedes hacerlo.

Así que... ¿cómo podía Jaekyung reparar lo que había roto del otro? ¿Cómo podía recuperar los trozos rotos?

La respuesta era simple. Y además realista.

No podía.

Se rompió, y Dan lo rompió a él, y debe aceptar que fue de la manera más inesperada que ningún otro contrincante había hecho... con la frente en alto, sin armadura, sin miedo y con el corazón en las manos y expuesto.

¿Por qué no había celebrado su victoria con los demás?

Porque en realidad, el no era el ganador.

Lo era Kim Dan.

El se había ganado su vida entera, y él se la entregaría toda.

Se arrancaría el corazón del pecho cada vez que Dan pensara que el suyo propio ya no podía seguir latiendo, y aún así seguiría existiendo... para él.

Porque ahora él sería el barco, el muelle y a veces su naufragio, pero cuando se perdieran en la isla ya no sería un único naufrago, se perderían en dos gotas de agua... se convertirían en mar.





FIN

Jinx (Jaekyung x Dan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora