Querida vida, querida realidad, querido aire que respiro...
Creo que ya no es suficiente.
De alguna manera, poco a poco siento como se van debilitando las fuerzas físicas y se pierde en la nada la energía vital.
La esperanza que se alzaba al final de todo está perdiendo su brillo, y el camino para llegar a ella se me hace cada vez más lento y doloroso.
Querida vida... como le eh de explicar a mis órganos, a mis deudas... a mi abuela... que ya no te quiero más...
Cómo le digo al sacrificio que ha hecho todo este tiempo la persona más amada para mí que el peso de su milagro para mantenerme con vida es demasiado para mí... al haber hecho absolutamente TODO para que yo sobreviviera... le dio a mi vida un VALOR... que ahora mismo no encuentro y no siento, es un peso en oro - un peso muerto - que no sé cómo ocupar o gastar...
Sólo quiero que terminé.
Pero cada vez que siento que por fin me puedo dejar llevar y arrastrar por la corriente ventosa, mis pies se aferran a la tierra y no me sueltan, las ramas y piedras me hacen tropezar y caer profundamente en agua estancada, sucia y pantanosa.
Gritó con desesperación que alguien me ayude, no sé nadar... nadie me dijo que las aguas de la vida serían tan profundas y a momentos siento como si sólo hubiera mar en un mundo hecho de sal y arena...
El reloj se rompe... caigo entre todos los pedazos rotos y observo como segundo a segundo se va perdiendo mi vida... se dispersa y se borra, en este reloj de arena roto y sangrante.
El tiempo de mi vida, las memorias compartidas, los recuerdos de ella... cada granito de arena que se deshace enciende una luz en distintas partes de la piel de mi cuerpo, como queriéndose impregnar en mi cada una de esas lucecitas... pero no duran, las luces titilantes poco a poco se van apagando hasta fundirse en una mancha oscura que deja una marca enfermiza en mi tez y recorre cada centímetro de mi figura que se va tornando oscura, grisácea y pálida.
Estoy marcado, la impureza por la que fui rodeado ha podido conmigo, mi corazón desvencijado finalmente ha cedido su último latido.
¿Quién se lo ha llevado? ¿O he sido yo el que lo dejó caer en el camino?
Cierro los ojos, no hay lágrimas, sólo suspiros.
A lo lejos una voz me llama, no estoy listo... pero entre lagunas y cocodrilos, entre sombras y luces, entre lobos y lirones... ¿Quién alguna vez ha estado listo?
Tic Tac, Tic Tac
...
...
...
-Kim Dan, es hora de despertar...
