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Una Amenaza Real




"Papá, te dije que estoy bien", Gulf se enfureció mientras Apo se preocupaba por él. "¿Por qué estás haciendo un problema tan grande con todo esto?"

Apo entrecerró los ojos hacia su hijo. "Bien no es la forma en que lo describiría. Estás exhausto, no puedes oler la mayoría de tipos de alimentos sin vomitar y lo que comes, apenas logras mantenerlo abajo. Y no creas que no sé que has estado teniendo dolores de cabeza. Esta podría ser una situación inusual, Gulf, pero recuerda que esto es lo que yo hago. No puedes engañarme, y ni siquiera deberías querer hacerlo".

Sin palabras Max observaba el intercambio, todo mientras se debatía por qué Apo le había pedido que estuviera aquí. Esta era una conversación delicada, y aunque Max ahora era parte de esta manada, él no esperaba estar enterado de tanto. El hecho de que confiaran en él para vigilar a un hombre en una condición tan obviamente delicada lo desconcertó incluso más.

Gulf parecía demasiado cansado para seguir discutiendo con su padre, pero no se durmió hasta que su compañero entró en la habitación y se metió en la cama junto a él. Una vez que Mew estuvo allí, fue cuando recién cerró los ojos y cayó en su sueño. La forma en que Gulf se acurrucó contra Mew, con tanta naturalidad, la forma en que sus cuerpos parecían encajar y cómo las líneas de cansancio desaparecieron del rostro de Gulf con el toque de Mew, fue hermoso. A pesar de sí mismo, a pesar de saber que él no tenía derecho a algo como eso, Max no pudo evitar anhelarlo.

Apo se apartó y se volvió hacia él. No dijo una palabra, meramente asintió con la cabeza ante la presencia de Max. Cuando el médico humano salió de la habitación, Max lo siguió sin que se lo indicaran, dándoles privacidad a Gulf y Mew. Apo lo dirigió a la pequeña sala de estar de la cabaña y se sentó en el sofá.

"Sé que nosotros dos no hemos tenido mucho contacto", comenzó Apo, "pero aprecio el hecho de que ayudaras a salvar a Fighter y a Tutor. También sé que tú nunca lo habrías hecho sin una buena razón. Has sido un silenciador durante décadas. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?"

Había cientos de respuestas que Max podría haber dado, algunas de las cuales incluso podrían haber sido ciertas. No dijo ninguna de ellas, en gran parte porque, cuando él miró a Apo, tuvo la sensación de que las excusas o una evasión serían inútiles. "Creo que no estarías preguntando si no lo supieras ya".

Segundos después, Apo confirmó su suposición. "Tul. El amigo de Tor. Él es tu compañero".

Max había esperado esas palabras, pero no las hizo más fáciles de escuchar. "Eres perceptivo".

Apo se encogió de hombros. "Ya he estado pensando en eso durante días. No tenía sentido que comenzaras una misión y de repente decidieras finalizarla de una manera completamente diferente... a menos que sucediera algo que te hiciera cambiar de opinión. El verte hoy con Gulf y Mew lo confirmó".

Max no apreciaba ser manipulado, especialmente no así. "¿Usarías a tu hijo para sacar información de mi?"

Apo entrecerró los ojos hacia Max. "Yo haría muchas cosas para proteger a Gulf. La cosa es, Max, que la presencia de tu compañero y de la familia de Saint llamarán la atención del Concilio sobre nosotros una vez más. Mi hijo no está muy bien. Que él tenga gemelos empeora una situación ya complicada. Nosotros no podemos permitirnos más estrés si queremos que el parto salga según lo planeado. Entonces, estoy confiando en ti".

5. Su Silenciador Hombre Lobo ⁓ MaxTulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora