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Te Recuerdo




El dolor que Tul esperaba no llegó, ya que el auto nunca lo atropelló. Sin embargo sí hubo un choque, golpeó al alma valiente que lo había empujado fuera del camino. El golpe seco muy característico sacó a Tul de su trance y se apresuró a ponerse de pie, haciendo todo lo posible por controlar el temblor de sus piernas.

Habría tratado de ver la placa matrícula, pero tenía preocupaciones más apremiantes, en concreto a quién fuera que lo había salvado. Su rescatista yacía en el camino, a unos pocos metros de distancia, y él no se estaba moviendo. Tul había visto lo suficiente para darse cuenta de que el auto iba realmente rápido y, hasta donde sabía, el hombre quien lo había empujado fuera del peligro podría haber pagado su buena acción con su vida. Ignorando el dolor en su costado, Tul se tambaleó hacia adelante, esperando que no fuera demasiado tarde.

Para su gran sorpresa, su salvador se movió y se puso de pie justo cuando estaba por alcanzarlo. "¿Eh... estás bien?" preguntó Tul, casi cuestionándose si había caído en alguna clase de sueño peculiar.

"Estoy bien", dijo el hombre. "El auto solo me rozó".

Tul parpadeó, incapaz de dar crédito a sus ojos y oídos. Era cierto, estaba oscuro y no había visto el momento en que su salvador había sido golpeado, pero... eso no parecía correcto. Si el hombre solo hubiera sido rozado, él no habría aterrizado donde lo hizo. Y, aun así, él parecía ileso en su mayor parte, por lo que tal vez Tul solo estaba viendo cosas... otra vez. Después de todo, es probable que se haya golpeado la cabeza cuando se cayó.

Debió haber dicho al menos parte de eso en voz alta, porque un brazo gentil se envolvió alrededor de su cintura. "Todo está bien", dijo su salvador. "Ahora estás a salvo. Ven. Deberíamos conseguirte algo de asistencia médica".

Curiosamente, las palabras y la amabilidad le resultaron familiares a Tul. Permitió ser guiado y ellos finalmente salieron a la luz. Fue entonces cuando parte del rompecabezas que había estado torturándolo finalmente dejó de ser una imagen incoherente. "Te recuerdo", le dijo con un grito ahogado. "Tú... Tú estuviste en el Amaretto. Me salvaste antes".

Su salvador era el mismo hombre apuesto, de piel morena que una vez se había encontrado con Tul cuando su hostal habían sido atacado. Todo estaba tan claro para él ahora. Tul no sabía cómo pudo haberlo olvidado, conmoción cerebral o no, el recuerdo de este extraño nunca debería haberlo abandonado.

Con las memorias de su rescate anterior, muchos otros regresaron. El hombre frente a él había estado cubierto de sangre y portaba armas, tanto cuchillos como pistolas. Más extraño aún, el entonces captor de Tul tenía... garras. Tul las recordaba claramente empujando contra su cuello. Cuando vio los rasguños a lo largo de su recuperación, pensó que debían provenir de una especie de cuchillo dentado o algo así, pero no... Esas habían sido garras.

Todo esto era demasiado, y entre la avalancha de recuerdos y sus propias emociones confusas, Tul se encontró a sí mismo tambaleándose. Su salvador lo atrapó antes de que pudiera tocar el suelo. "Lo siento", le susurró el hombre. "Lo siento mucho".

Tul quería preguntar de qué se disculpaba este hombre, si él le había salvado la vida dos veces ya. En todo caso, Tul era quien debía disculparse, por conseguir involucrar al extraño en sus líos. Aunque, para ser justos, el tipo también podría haber estado involucrado de alguna manera, ya que su presencia en el área parecía tremendamente conveniente.

5. Su Silenciador Hombre Lobo ⁓ MaxTulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora