Lo que Pasó Después de la Carrera.

Engaño Expuesto.

Puede qué hace tan solo unos momentos se haya hablado, con respecto a lo muy serio, qué es la situación actual contra la que se encuentra lidiando todos los habitantes de Nome.

Sin embargo tal parece que las emociones en común provocadas por toda la situación actual, no afectan realmente a todos. O al menos se podría decir que hay personas que se encuentran mucho más preocupadas y angustiadas que otras.

Esto con justa razón. Porque es cierto que al final de cuentas, hay una cierta cantidad de personas que en cambio, no tienen nada que perder. Pero que aún así pueden sentir miedo y preocupación por empatía con las personas que sí tienen a alguien a quien perder.

Un ejemplo de esto. Era claramente cierto perro Alaska Malamute, que más allá de comportarse de forma poco empática o sensible, no solo estaba haciendo ahora como si nada estuviera pasando. Sino que en serio parecía habérsele olvidado por completo, que algo muy serio estaba sucediendo.

Hasta hace tan solo unas cuantas horas antes, del que por fortuna fue el regreso de Balto, y con ello, la salvación de las vidas de todos los niños, el había vuelto, había regresado, y una vez más, en verdad parecía que había logrado salirse con la suya a la perfección.

No importando, cuan triste, decaída, desesperada, angustiada, afligida, nerviosa, preocupada, o mal en general se pudiera ver la gente. Todo indicaba, que no todo era solamente dolor, no todo era solamente tristeza e incertidumbre. Puesto que había alguien, cierta persona o perro en específico. Que muy a diferencia de todo el resto de las personas, que no podían estar tranquilas de no saber que pasaría con sus hijos al final, o si se salvarían al final, tampoco se podían sacar, ninguna de ellas, la duda de la cabeza, al no saber que rayos habrá sido del equipo que se suponía, habían mandado por la medicina.

Si tan solo supieran, que mientras ellos se preocupaban también por el musher y los perros de trineo, al pueblo si había vuelto uno de ellos, al menos uno se había regresado. Aún cuando eso en realidad no significará nada bueno por tanto. Fuera de los perros, ningún humano se había enterado, todavía, de que Steele, ni más, ni menos que el perro guía. Había vuelto al pueblo. Pero lo había echo completamente solo. Solo estaba el. No había ni rastro de el resto de los otros perros, tampoco del musher. Ni mucho menos de la medicina. Únicamente el parecía haber conseguido volver.

Esto claro, que no podría significar nada bueno. Pero claro, ellos no tenían porque saberlo en realidad. De echo, para el. Entre menos supieran, mejor sería. El sabía perfectamente bien todo cuánto había sucedido con el equipo. Pero por supuesto que no pensaba decirle nada a nadie. Por su propio bien claro. Porque aún en un momento de desesperación para todos, el seguiría preocupándose y velando tan solo por si mismo.

Sería con esto, que Steele finalmente podría dejar lo sumamente malvado y egoísta que siempre había sido. Y que a pesar de que se le había encomendado una tarea que justamente era para ayudar a otros, a el no le importaba nadie más que si. Y lo demostró esa noche cuando regresó a Nome solo. Sin embargo, claro que ni así, la gente se pudo dar cuenta de su verdadera naturaleza.

Aquella noche, la joven Husky pelirroja de nombre Jenna, había vuelto al pueblo, junto a Boris y Muk y Luk. Y tras ser, curada y atendida de las heridas que tenía. Jenna, procedió a contarles a todos todo lo que había sucedido. Dejándoles saber, que al final Balto, había sido quien en estos momentos se encontraba en búsqueda del equipo perdido. Lo más importante de todo, era que ella estaba convencida de que él lo salvaría. Sin embargo, tal parece que el resto de los otros perros ahí presentes con ella ya no compartían la misma idea. E incluso todo lo que ella les había dicho terminó siendo recibido con risotadas. Cosa que por supuesto no fue para nada del agrado de ella, después de todo, ella tampoco soportaba en lo absoluto ver cómo se burlaban de él.

Durán riéndose de todo lo que ella les contó, unos cuantos segundos hasta que de pronto las puertas de la sala de calderas se abrieron abruptamente. Revelando con ellas a Steele, mismo que en ese momento se encontraba cubierto de hielo. Claro, después de haber caminado durante horas en la tormenta. Muy a diferencia de cómo fue el caso de Jenna, Steele se vio recibido con vi ahora sítores y halagos incluso si no tenían nada de lo que alardear ahora, simplemente era tan querido, qué tan pronto lo vieron, de inmediato la gente se alegró.

Algo que estaba muy de más decir, que a Jenna, si que le hizo poner los ojos en blanco. En serio que no comprendía por qué tanto respeto y admiración, cuando él claramente no merecía nada de esas cosas. Para ella, él nunca dejaría de ser un desgraciado arrogante. Siempre trataba como menos a todos los que no estuvieran a su altura, y ahora, en este caso en especial, haberlo visto llegar solo, sin el equipo, ni el trineo, ni la medicina, fue más que suficiente para que ella de inmediato tuviera un mal presagio.

Sus sospechas estaban por aclararse en breve. Muy a diferencia de todo el resto de personas, que estaban tan ocupadas y centradas en halagarlo y felicitarlo, incluso si no había razón para ello, Jenna, por el contrario. Si que tenía mucho interés ahora de saber, dónde estaban los otros, dónde estaba la medicina, y por qué no estarán con él. Simple y sencillamente no debía de tener sentido en lo más mínimo, que él había llegado solo.

Pero aquello que más llamó su atención por sobre todo, era el hecho de no saber, que si el, Steele estaba aquí, eso solo podía significar que algo debió de haberle ocurrido a Balto. Y no solamente a él, sino que también algo debió de haberle pasado al equipo y a la medicina. La incertidumbre era tal, pero Jenna, sabía que no tendría caso preguntarle a Steele, qué había sido de ellos. Porque estaba seguro de que no le sería sincero.

Sin embargo, ella estaba segura de que no caería en sus trampas. No pensaba creer, en nada de lo que él pudiera llegar a decirle. Definitivamente, algo malo había pasado, y lo iba a averiguar.

Continuara.