13 - La anatomía de los besos (+18)

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El resto del fin de semana Kagome estuvo sumergida en sus pensamientos, era difícil olvidar a Sesshomaru, pero tenía que restarle importancia a lo ocurrido y no ver señales confusas donde no las había.

El domingo se fue a comer a casa de su madre, hacía un par de semanas que no le veía, ni a ella, ni a Sōta ni al abuelo, le contentaba verles y pasar tiempo con ellos de vez en cuando. Su madre se percató de un cambio radical en su hija, Kagome estaba ensimismada y no paraba de suspirar, su madre que solía ser muy abierta con ella, mientras recogían la mesa, envió a Sōta a ayudar al abuelo y no se aguantó más y le preguntó a Kagome lo que le rondaba la cabeza todo el rato.

- ¿Estás saliendo con alguien? - Preguntó su madre con una sonrisa.

Kagome se congeló en ese momento, no se esperaba esa pregunta.

- ¡No! - Dijo casi instintivamente - ¿Por qué lo preguntas? - Continuó bajando un poco la guardia.

- Es que no paras de suspirar, pensé que quizá era por algún chico - Y rio ante aquella afirmación.

- ¡Ah eso! En realidad es por el trabajo, que últimamente tengo muchas cosas - Mintió, no pensaba contarle a su madre lo que ocurría bajo ningún concepto.

- Pues no te lo tomes tan a pecho, podrías enfermar.

- Sí, lo prometo - Sonrío a su madre.

Cuando Kagome salió de casa de su madre, mientras bajaba las largas escaleras del templo para coger su coche, revisó su teléfono móvil, el cual había ignorado toda la tarde, cuando visitaba a su madre solía entretenerse bastante con ella, disfrutaba mucho verla ahora que ya no vivían juntas. Se percató que tenía algunos mensajes sin leer, pero hubo uno que captó su atención de inmediato.

《¿Puedo verte hoy?》

Era Sesshomaru, a Kagome le dio un vuelco el corazón, el mensaje le había emocionado más de la cuenta, se fijó que era un mensaje de un par de horas atrás, pensó que quizá Sesshomaru interpretaría que estaba ignorándole dado que eso no estaba en su acuerdo inicial, pero a ella si le apetecía verle y se decidió a llamarle.

- ¿Hola? - Dijo ella cuando sintió que atendieron.

- Kagome - Dijo el sorprendido al otro lado, pero su sorpresa a penas se notaba, su voz sonaba apacible y seca como siempre - ¿Qué ocurre?

- ¿Aún quieres verme? - Dijo ella conservando la compostura, sonaba despreocupada.

- Sí.

- No había visto tu mensaje antes, perdona.

- Nada que perdonar - Dijo sereno - Te puedo ir a recoger donde me digas.

- Prefiero ir en mi coche - Dijo ella intentando mantener el control - ¿Nos vemos en el sitio acordado?

- No, te enviaré una dirección.

- Está bien.

Kagome estaba intrigada, Sesshomaru quería que fuera a un sitio distinto y la había contactado inesperadamente, era como si se saliera de su papel de hombre frío e imperturbable.

Recibió la dirección y le avisó que tardaría al menos una hora, Kagome pensaba pasar antes por casa y arreglarse un poco, era su naturaleza, quería verse y sentirse atractiva para él.

Se duchó rápidamente, se peinó sus negros cabellos, escogió un delicado conjunto de lencería negra que guardaba intacto desde hacía algún tiempo, recordó el día que acompañó a Sango a aquella lujosa tienda de Ginza y se permitió comprar un par de piezas de lencería porque le parecieron preciosas, pero que sospechaba que no las luciría jamás, o al menos no en un buen tiempo, le daba las gracias a Sango por haberla convencido de comprarlas, recordó sus palabras "Algún día necesitaras esto, no vas a estar soltera para siempre". Sobre la fina lencería se puso un vestido también negro, sencillo, pero que resaltaba su figura y la hacía ver recatada, pero voluptuosa, además tenía una abertura lateral casi indistinguible por la holgura, pero pronunciada, llegó a la conclusión que arreglarse para el hombre que te gusta cambiaba las reglas del juego.

La voluntad de Kagome (Sesshomaru X Kagome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora