Toda mía y de nadie más »z.m« - #PGP2023

55. Chapter Fifty-Five

Zayn no puede hablar, siente que todo el aire ha abandonado sus pulmones. Tarda unos segundos en procesar lo que Gia acaba de decir, y no lo puede creer. Una chispa de esperanza se prende en el centro de su pecho. «Tal vez... solo tal vez...», piensa ilusionado.

Gia, por su parte, quiere mostrarse despreocupada así que enseguida cambia de tema, hablando sobre cosas de la oficina y otras de la universidad. Él le sigue la conversación, pero siempre con el pensamiento al fondo de su cerebro de que ella admitió seguir siendo suya.

No perderá la oportunidad de recuperarla si se le presenta.

Cuando terminan de cenar van a la cocina, uno lava y el otro seca; todo en silencio. Zayn saca el postre del refrigerador y lo apoya sobre la isla de la cocina. Gia piensa unos segundos y decide que es momento de descontrolar todo, quiere manejar todo a su manera y lo va a hacer, sin importarle las consecuencias.

—A ver —murmura acercándose—, veamos qué tal —dice mientras pasa un dedo por el borde del plato, donde hay una gran cantidad de caramelo líquido. Lo lleva a su boca y lo chupa lentamente, gimiendo por lo bajo—. Mmm, delicioso.

Lleva sus ojos hacia un costado, mirándolo a él, quien de repente está estático en su lugar, viéndola con intensidad. Zayn no se esperaba para nada eso y lo ha tomado por sorpresa.

—Vamos... —murmura volviendo a pasar el dedo por el caramelo—, pruébalo —pide acercando su dedo y rozando el labio inferior de Zayn, dejando un camino dulce en él—. Hazlo —exige llevando ahora su dedo a su boca para chupar el resto.

Zayn saca su lengua y repasa su labio inferior con ella, sintiendo de inmediato el sabor empalagoso del caramelo que ella ha dejado allí. Su mirada se oscurece. No sabe bien qué está haciendo Gia, pero le encanta. Está caliente, excitado y deseoso de más.

—Quiero más —susurra ella mirándolo a los ojos.

Nuevamente baña su dedo índice en el caramelo, pero esta vez lo pasea por los labios de Zayn y ella se inclina hacia él, haciendo lo que lo vuelve loco. Gia saca su lengua y chupa primero el labio inferior de él y luego el superior, quitando todo rastro de dulce. Luego se aleja despacio y se relame los labios mientras lo mira intensamente a los ojos.

Él se queda sin aire.

—Sí, definitivamente delicioso —asegura con voz sensual asintiendo despacio con la cabeza.

—¿Qué haces? —pregunta él en un susurro.

—Disfruto del postre —contesta sonriendo a medias, junto con una mirada penetrante. Zayn resopla por lo bajo, al sentir un tirón en sus pantalones—. ¿Que acaso no puedo?

Él, si bien está entre anonadado y confundido por el comportamiento de la chica que ama, se obliga a seguirle la corriente para no perder la oportunidad de tenerla cerca. Se miran intensamente a los ojos unos segundos. Zayn no sabe si acercarse o esperar a que ella se acerque.

Y entonces, como si le hubiera leído los pensamientos, ella da un paso largo y se pega a él, estampando sus labios contra los suyos, en un beso desesperado cargado de pasión. Enseguida la rodea por la cintura, apretándola contra su cuerpo, y ella deja descansar sus manos en los hombros de él. Un gemido se les escapa a ambos.

Gia siente el cuerpo de Zayn reaccionar a ella y le encanta. Ama tener ese poder sobre él. Ella da un paso atrás, tironeando de él, para quedar apoyada en la mesada de la cocina y él presionándose contra su cuerpo. No pierde tiempo y baja sus manos para tomarla de las piernas y subirla a la mesada, posicionándose entre ellas, mientras saquea con desenfreno su boca.

Se sienten enloquecidos y acalorados. Ambos extrañaban con locura sentir el sabor del otro, unir sus bocas, sentirse cerca, muy cerca.

Los besos de él bajan por el mentón y luego por el cuello de Gia, robándole jadeos, a la par que sus manos se pasean por sus muslos internos, subiendo lentamente, levantando su vestido. Cuando sus dedos rozan la ropa interior de Gia, ella gime en forma de aceptación, así que Zayn rápidamente tironea de la tela, despojándola de su ropa interior. Muerde levemente la piel de su cuello, haciéndola gruñir por lo bajo.