¿Quién lo hubiera imaginado? Él no.
Si hubiera sabido cómo era ella en realidad, todo hubiera sido diferente. Pero en serio, él no hubiera pensado que la pequeña Gia, tan tierna y delicada, fuera tan sexy, controladora y desgarradora al mismo tiempo...
—Gracias por esta tarde, Zayn —dice ella observando con admiración la ciudad desde la cabina del London Eye—. Ha sido una maravilla —admite sin vergüenza suspirando. No le importa que él sepa cómo se siente, es genuino y no teme decir lo bien que la ha pasado a su lado.
—Me alegra saberlo —murmura él con una sonrisa, mirándola.
Ella, sin embargo, no quita la vista del frente, necesita asegurarse de que conservará esa imagen en su cabeza mucho tiempo. El sol poniéndose en el horizonte y los colores rosados y naranjas del atardecer le dan una paz inigualable. Zayn siente lo mismo, pero viendo esos colores reflejados en ella, haciendo que sus ojos color avellana se vean anaranjados, y más hermosos que nunca.
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Sin poder evitarlo, estira un brazo en dirección a ella y la toma por la cintura, sorprendiéndola, tirando un poco de ella y colocándola frente a él. Levanta su otro brazo y la rodea, quedando la espalda de ella apoyada sobre el pecho de él, en un abrazo dulce y acogedor. Zayn apoya su mentón sobre el hombro de Gia, ya que las botas la hacen un poco más alta, y contempla el atardecer. Ella suspira ante el gesto, totalmente inesperado, y deja caer sus manos sobre los antebrazos de él, que la abrazan posesivamente.
Están solos en la cabina, gracias a la petición de Zayn, lo que les permite disfrutar el silencio cómodo que hay entre ellos, y el pequeño abrazo.
Cualquiera que los viera de afuera, atinaría a decir que son pareja, pensamiento que hace a Gia estremecer levemente, porque así se siente en este momento tan especial para ella.
—Gia...—murmura él, ya que al tener la boca cerca de su oído no hace falta levantar la voz. Ella hace un pequeño ruido, incitando a que continúe—, ¿por qué toda la mañana te comportaste como si lo de ayer no hubiese pasado? —pregunta sin rodeos, haciendo que Gia abra ampliamente los ojos, pero él no puede ver su reacción desde donde está, sin embargo la siente tensarse.
Ella no responde inmediatamente, permaneciendo callada. Zayn aleja su mentón y presiona un poco su agarre en su cintura, volteándola casi obligada. Cuando sus miradas se encuentran se genera una tensión palpable. Él espera una respuesta. Ella sólo quiere desaparecer, avergonzada.
