MALDICIÓN

102 4 0
                                    

Me desperté por la luz que provenía de la ventana, estaba en la cama de Draco.

- Buenos días pequeña.- Dijo con una sonrisa.

- Buenos dias.- Le sonreí.

- ¿Cómo te sientes?

- Me duelen las piernas.

Rió.- Te acostumbraras.

- Qué planes tienes para hoy?

La sonrisa se fué y apareció una cara de preocupación.

- Draco, ¿Estás bien?.- Dije yendo hacia él.

- S-si, no te preocupes.- Me dió un beso.- ¿Y tú? ¿Qué planes tienes?

- Harry me dijo de ir a las tres escobas.

- Pobrecita.

- ¡Oye!.- Dije riendo y dándole un golpe.

- A veces pienso en lo distintos que sois.

- ¿Distintos?.- Dije empezándome a vestir.

- Ajá, Potter siempre ha tenido la atención solo por sobrevivir, tú en cambio siempre has sido noble, honesta.

- Harry no eligió derrotar a Voldemort.

- Pero se regodea de ello, tú ahora también estás conectada a él y no te regodeas de esa manera.

Me puse encima de él, mis manos agarraban su rostro.- Osea que soy mejor que Harry ¿No?

- Siempre.- Lo besé.

- Te quiero.

- Y yo pequeña.

---

Me acabé de vestir y decidí ir a por Harry, Ron y Hermione. Draco decidió acompañarme. Me agarraba de la mano. Salieron de la sala, venían hacía aquí.

- ¡Gia!.- Dijo Ron.

Me giré hacia Draco.- Deberías irte, ya estoy acompañada.- Dije señalando al trío.

- Está bien, ten cuidado.- Me dió un beso largo y se fué.

Me pilló por sorpresa pero no me quejé.

- ¿Qué ha sido eso?.- Preguntó Harry.

- ¿El que?

- ¿Estáis juntos de nuevo?.- Dijo Herms.

- Algo así, ¿Vamos?

---

Íbamos de camino, nevaba y todos los caminos estaban hasta arriba de nieve.

- Llevas semanas con ese libro, hasta duermes con él, ¿Y no te han entrado ganas de saber quien es el príncipe mestizo?.- Dijo Hermione.

- No he dicho que no me cause curiosidad, y no duermo con él.

- Es verdad. Antes hablábamos antes de dormir. Ahora solo lees ese libro. Es como estar con Hermione y Gia.

- Idiota.- Dije mientras le daba una leve colleja.- Yo tenía curiosidad, asique fui a la-

- A la biblioteca.- Ron y Harry dijeron.

- Correcto, y nada, no encontré nada.- Más adelante de nosotros estaba Slughorn, Harry me miró, yo asentí.

- ¿Os apetece una cerveza de mantequilla?

Entramos a las tres escobas, nos sentamos lo más cerca de Slughorn que pudimos.

- ¿Algo de tomar?

- Cuatro cervezas de mantequilla, dos de ellas con jengibre.- Dijo Hermione.

Mientras me sentaba vi a Draco aparecer. Conectamos miradas y fruncí el ceño.
¿Qué hacía aquí?

---

En otra mesa Dean y Ginny estaban muy juntos. A Ron no le gustaba eso.

- Ah, demonios. Donjuán idiota.

- Solo están tomados de la mano.- Giré a volver a ver.- Y morreándose.- Dije.

- Voy a irme.

- ¿Que?.- Dijo Hermione.- No puedes hablar en serio.

- ¡Es mi hermana!

- ¿Y? ¿Y si ella viera morreándonos? ¿Te parecería bien que se levantara y se fuera? 

Abrí los ojos, Hermione, te has lucido.

Harry saludaba a alguien. Slughorn.

- ¡Harry!

- ¡Buenas señor!

- ¡Hombre Gia, tú también estás!

- Hola profesor.- Dije dándole la mano.- ¿Qué le trae por aquí señor?

- Oh, tengo una historia larga con las tres escobas, bastante larga.

Sin querer le tiró cerveza a Hermione.- A cubierta Granger.

- ¿Estás bien?.- Le susurré.

- Si, no te preocupes.

- En los viejos tiempos organizaba una cena para dos o tres alumnos selectos. ¿Asistiríais?

- Por supuesto señor.- Dije.

- ¡Claro!.- Dijo Harry.

- Usted también puede venir señorita Granger.

---

- ¿A que ha venido eso?.- Preguntó Ron.

- Dumbledore nos pidió que nos acercáramos a él.

Nos estábamos yendo ya cuando oímos un grito.

- Se lo advertí, le dije que no lo tocara. 

La chica estaba desmayada en el suelo, de repente estaba volando , tenía la boca muy abierta, luego volvió a desplomarse.

- ¡No os acerquéis!.- Dijo Hagrid apareciendo.

---

Estábamos en el despacho con McGonagall.

- Entró al baño y cuando regresó ya tenía el paquete. Dijo que era importante que lo entregara.

- ¿Dijo a quien?

- A Dumbledore o a.- Giró hacia mi.- Gia.

- ¿Como?.- Dije en susurro.

- Gracias, Leanne, puedes irte.

- ¿Por qué cuando pasa algo, siempre son ustedes cuatro?

- Créame profesora, llevo 6 años haciéndome la misma pregunta.

- Ah, Severus.


Snape examinó el collar.

- ¿Qué opinas?

- Opino que la señorita Bell tiene mucha suerte de seguir con vida.

- Fue una maldición ¿No?.- Dijo Harry.

- Pero profesor, si yo era uno de los objetivos, ¿Por qué no me lo dió? Estábamos en el mismo lugar.- Dije.

- Puede que el asesinato del director sea más importante que el tuyo.- Tragué grueso.

- Conozco a Katie. Es incapaz de hacer daño a una mosca.- Dijo Harry.- Si llevaba eso a Dumbledore, no era a sabiendas.

- Si, la maldijeron.- Dijo McGonagall.

- Fue Malfoy.

Miré incrédula a Harry.- ¿De qué estás hablando?

- Lo viste entrar al lavabo Gia, ha sido él.

- Entró mucha gente al lavabo Harry, no puedes acusarlo así.

- La señorita Potter tiene razón, señor Potter.- Dijo Snape.- No tienes pruebas.

- Simplemente lo sé.- Dijo.

- Simplemente lo sabes. Me asombran tus dones Potter. Dones con los meros mortales solo pueden soñar. Debe ser maravilloso ser el Elegido.

- Pueden irse.

Fuí la primera en salir del despacho, no quería ver a Harry.

Oh pequeña [Draco Malfoy] 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora