Oh pequeña [Draco Malfoy] 4

CUEVA

Al salir del despacho de Dumbledore me dirigí sin mirar a nadie y nada a mi sala común, pero Harry me paró.

- Gia, yo-
- No, Harry.

- Pero.
- Pero nada. Casi lo matas.

- N-no sabía lo que iba a hacer ese hechizo.

- ¡Pues no haberlo conjurado! Si no llega a estar Snape, Draco estaría muerto.- Dije con dolor.- Es como si ahora yo atento contra Ginny. ¿Cómo te sentirías? .- Quedó callado.- Exacto.

- Draco hechizó a Katie.
- Lo sé, pero eso no te da derecho a lanzarle un hechizo que no sabes lo que va a hacer.

- Gia, de verdad.

- No lo ha estado haciendo aposta ¿Sabes? .- Hizo un gesto de no saber.- Todo lo que está haciendo. Hechizar a Katie, el veneno en la botella de Slughorn. Le han dado un ultimátum. Si no me mata a mi o a Dumbledore le matan a él, y no voy a permitir que lo maten. Así que, por favor Harry, déjame cuidar de Draco aunque me ponga en peligro.

Me fuí dejando a Harry pasmado en mitad del pasillo.

Llegué a la enfermería. Ví a Draco despierto.

- Draco.- Dije corriendo a darle un beso.

- También te he echado de menos pequeña.
- Pensaba - Pensaba que ibas a morir, si no llega a ser por Snape.

- Tranquila.- Dijo pasando una mano por mi pelo.

- Se todo.
- ¿Qué? .- Empalideció.

- No te preocupes, no estoy enfadada.
- Pero Gia, me han ordenado matarte.

- No le tengo miedo a la muerte.
- No puedo matarte.

- Si puedes.
- No.

- Si.
- ¿Te estás oyendo?

- Sí y no me importa.
- No lo haré.

- Tendrás que hacerlo, o sino, matarás a Dumbledore.
- Prefiero matar a Dumbledore antes que a tí.

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Al día siguiente por la tarde Dumbledore nos citó a Harry y a mi en la torre de astronomía para decirnos algo.

Iba subiendo en silencio con Harry a mi lado. Vimos bajar a Snape.

- Hola chicos.- Dijo Dumbledore al vernos.- A ver si nos afeitamos, amigo mío.- Le dijo a Harry. Reí bajo.- A veces olvido lo mucho que habéis crecido. A veces sigo viendo a ese niño que se escondía en ese armario y a esa niña que venía aquí a evadirse del mundo. Perdonad mi sentimentalismo. Estoy mayor.

- Bobadas.- Dije.

- Sigue siendo el mismo para mi, señor.- dijo Harry.

- Igual que vuestra madre, sois indefectiblemente afables. Algo que la gente se empeña en subestimar, me temo. El lugar al que viajamos esta noche es peligroso en extremo. Os prometí llevaros conmigo, y eso haré, pero con una condición.

- ¿Qué condición? .- Pregunté.
- Debéis obedecer todo lo que os ordene, sin cuestionarlo.

- Si, señor.- dijo Harry.

- ¿Entendéis bien lo que os digo? .- Asentimos.- Si os digo que os escondáis, os escondéis. Si os digo que corráis, corred. Si os digo que me abandonéis y os salvéis, lo hacéis. Vuestra palabra chicos.

- Tiene nuestra palabra.
- Cogeros del brazo.

- Creí que no podía aparecerse en Hogwarts.- Dije.