Era sorprendente, de eso no había dudas.
Había peleado por la supervivencia de su universo.
Había luchado contra cada sujeto increíble.
Estaba emocionada, no podía haber conocido a tantos guerreros con capacidades así de asombrosas, así como así...
El capítulo comienza con Caulifla recostada en su cama, ya bañada, de piernas cruzadas y relajarse tras una nueva jornada de entrenamiento terminada.
Caulifla - *Mirando al techo* Que demonios me pasa -
Analizaba lo sucedido en la estadía de Goku en Sadala de manera cuidadosa y cautelosa, no quería sacar conclusiones precipitadas. Por un instante, se le vino a la mente la imagen del torneo del poder, más específicamente de Goku en SSJ3.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recordaba su emoción, la presión, los nervios, el nudo en el estómago y la impetuosa aura y rayos eléctricos de dicha transformación. Cosa que hizo aumentar su emoción y determinación en conseguir su objetivo, conseguir esa increíble forma. Además de ello, había algo que no lo creía posible, un saiyajin así, con tal poder. Sin embargo, se replanteaba otra cosa, algo extraño para una saiyajin, y era... lo rara que se sentía cuando el muchacho pelinegro sonreía, ya sea de forma retadora en un combate o cuandosonreía enormemente comoun niño pequeño antes de colmar su estómago con la comida que ella hacía.
Caulifla - Jajaja, ese idiota... -
Se sonreía, parecía ser que su mundo se iluminaba con esa sonrisa, era como entrar al paraíso. El idiota, o bueno, su maestro idiota, se había convertido en alguien importante en la vida de Caulifla. No sabía como en tan poco tiempo, lo había logrado. Quizás era porque nadie era capaz de hacerla reír como lo hacía él, siempre ella se mostraba indiferente a cualquier broma, tal vez haya sido eso por lo que no tuvo muchos amigos a lo largo de su solitaria vida. Sin embargo, esto no le importaba, ya que tenía a Kale, su fiel protegida. Al estar en su mundo y recordar la figura de Kale, se le vino un recuerdo de su niñez.
Planeta Sadala.
Una pequeña Caulifla se encontraba charlando con su madre en la mesa sobre los planes a futuros de la niña por más descabellados que fueran.
Caulifla - Mami, no te rías, lo digo en serio, te prometo que yo *dando golpes al aire* le ganaré a Renso una pelea -
Korifura - Ay hija, pero que cosas dices jeje, Renso es muy fuerte, pero si te lo propones, podrás derrotarlo de un solo golpe si quieres -
